Las artes tienen la buena costumbre de nutrirse unas a otras. A veces, esto es evidente al primer golpe de vista. En otras ocasiones, para ver que algo bello bebió antes de otra cosa hermosa, reinterpretándola y dándole una forma nueva, es necesaria una comparación. Y así, teniendo delante esas dos creaciones distintas en naturaleza pero derivadas la una de la otra, se ve con claridad el nexo que las une.
Ése es el papel que juega esta exposición. Genio y figura relaciona las creaciones de los grandes modistos, extranjeros y españoles, del siglo XX con la cultura y el arte españoles a lo largo de la Historia.
Cada vestido, muy distintos todos en estilo, se inspiró en un sector determinado de la tradición española o en la obra de alguno de los grandes artistas, de ahí el nombre de la muestra. «Genio es la fuente de inspiración, y figura, esa inspiración materializada», explica Amalia Descalzo, conservadora del Museo de Traje, que acoge la exposición.
Junto a cada uno de los vestidos se han colocado objetos con los que ver esa relación con total nitidez. En algunos casos se trata de elementos populares, como los relicarios colocados junto a las magníficas interpretaciones en tela de Christian Lacroix de este rasgo de la devoción en nuestro país; en otros casos se trata de obras de arte.
Se han reproducido cuadros como Las Meninas o Santa Isabel de Portugal de Zurbarán, pero en muchos casos el marco que reposa junto al vestido sí acoge un original. Las pinceladas de Fortuny o Miró acompañan a sus trasuntos en tela firmados por Gaultier, Valentino reproduce en volantes y rojo vivo el Orto V de Palazuelo... «Todos aquellos museos que han podido prestar las piezas han contribuido».
En otros casos, son fotografías o elementos tan simples como unas castañuelas o un abanico los que sirven a Moschino para dar vida a un bolso. Sybilla, por otro lado, se inspira en el toro de Osborne para el vestido que pone cara a la exposición, y no falta el traje de gitana, o de faralaes, reinterpretado por John Galliano para Dior como vestido de noche.
Manuel Outumuro es el comisario de esta muestra y el padre de la idea. «Es fotógrafo, especialmente de moda, y tiene una cultura visual exquisita», explica Descalzo. «Se dio cuenta de la variedad de influencias de nuestra cultura en los diseñadores de moda, que la interpretaban». Empezó a darle vueltas a la idea en 1990, pero no se hizo realidad hasta la Exposición de Japón 2005. Allí se mostró por primera vez -Madrid es la segunda ciudad en albergar la muestra- cómo «aspectos de la cultura española han resultado atrayentes para los diseñadores».
La gestación del proyecto fue larga. Descalzo habla de la procedencia de los fondos de la exposición aclarando que «los hay privados y los hay que pertenecen a cada una de las casas» de moda.
«Se les preguntaba a los modistos si tenían algún traje para el que se hubieran inspirado en la cultura española», detalla. «Cada uno de los trajes lo ha elegido su diseñador».
En el país del Sol Naciente, asegura Descalzo, la muestra «fue un exitazo». En España se quiere demostrar «que el traje no es una cosa baladí». En otras palabras, «aquí se ve la cantidad de lecturas que tiene un vestido, la cantidad de información que puede facilitar».
Genio y figura. Hasta el 5 de febrero en el Museo del Traje (avenida de Juan de Herrera, 2). De martes a sábado de 09.30 a 19.00 horas; domingos y festivos, de 10.00 a 15.00 horas.
