Según una información del diario japonés Asahi Shinbum, el dispositivo podría llegar a detener el vehículo en el momento en que detecte un comportamiento anormal por parte del conductor que pueda derivar de la ingesta de bebidas alcohólicas.

Consistirá en sensores en el volante que analizarán constantemente la sudoración de las manos, para determinar el grado de alcoholemia, y la presión que ejercen sobre el mismo, que puede determinar el grado de atención con que se maneja el vehículo. Además, una cámara colocada en el retrovisor interior controlará los movimientos de los ojos de quien conduce así como la apertura de sus pupilas. En el momento en que el análisis de todos estos datos hiciera pensar que existe un estado de embriaguez, una actuación sobre el sistema de inyección de carburante haría reducir la velocidad del vehículo o, eventualmente, lo haría detenerse.

Según parece, la marca japonesa podría tener el dispositivo a punto para comenzar a instarlo en algunos modelos para el mercado japonés en el año 2009. Más adelante, el dispositivo podría equipar también a los destinados a otros mercados.

Toyota no es el primer fabricante que desarrolla un sistema que evite la conducción bajos los efectos del alcohol. Renault, hace más de 10 años, presentó un modelo en que ,para que el motor arrancase, su conductor tenía que soplar en un alcoholímetro. En caso de que no diera positivo, se ponía en marcha. Y Volvo también trabaja en un sistema similar al de Toyota.

Por otro lado, la marca japonesa ha llegado a un acuerdo con Fuji Heavy Industries para suministrarle entre 5.000 y 10.000 coches que se venderían en Europa con la marca Subaru.

El modelo que vendería la red comercial de Subaru en Europa sería el Daihatsu Passo, que en Europa se vende como Sirion.

Toyota compró a General Motors un 8,7% del capital de Subaru, la división de automóviles de Fuji Heavy Industries. A su vez controla la marca Daihatsu, que está fundamente dedicada a la fabricación y venta de microcoches en el mercado japonés. No obstante, de la época en que todavía era independiente de Toyota, mantiene una pequeña red comercial en Europa que vende unos 30.000 coches al año.