Estas manifestaciones en favor de dichos cursos las realizó en recientes declaraciones a EL MUNDO. En ellas, añadió además que el acceso a estos cursillo debería ser asequible para todos los conductores.

El fiscal Vargas también insistió en la necesidad de incrementar la inversión en la mejora de las carreteras y, sobre todo, en la necesidad de mejorar la calidad de la señalización en las mismas.

Por otra, parte reconoció al automóvil como un instrumento de progreso, de libertad y de disfrute, lo que no impide que deba ser empleado con responsabilidad. En este sentido, rechazó la complicidad que parece existir entre muchos conductores. «Debe desaparecer esa complicidad», dijo. «No debe existir una falta de reproche para quien incumple las normas. Si no, aparece una delincuencia de gente honrada. También aquí, tenemos que ponernos del lado de las víctimas, no de los infractores. Todos debemos considerarnos víctimas potenciales».

Por último, abordó la necesidad de regular la publicidad. En su opinión, en lo que se refiere a la que realizan las marcas de automóviles sobre sus modelos, debería hacerse siguiendo unas pautas que afecten a todos los países europeos. Pero no entró en el conjunto de la publicidad que realizan marcas que nada tiene que ver con el sector de automoción y que muestran comportamientos que pueden tener incidencia en la seguridad vial.