Carles Fontserè fue artista desde los 15 años hasta su muerte, con el único paréntesis de una parte de la Guerra Civil, durante la cual participó como soldado en la contienda. Precisamente en estos días se puede ver en la sede de la Fundación Caja Madrid de Barcelona una exposición de sus mejores fotografías de Nueva York.

Miembro de las Brigadas Internacionales, conoció el campo de concentración y el exilio en París, México (donde trabajó como director de escena y diseñador de vestuario de Cantinflas) y Nueva York, donde desempeñó, entre otros múltiples oficios, el de taxista y ejerció de fotógrafo entre 1949 y 1973.

De vuelta a Cataluña, recibió la Cruz de Sant Jordi en 1989. Los últimos años de su vida los ha pasado en la localidad de Porqueres (Girona), al lado del lago de Banyoles. Durante este periodo final de su vida se ha dedicado, sobre todo, a escribir sus memorias, recopiladas en los volúmenes Memòries d'un cartellista, Un exiliat de tercera. A París durant la Segona Guerra Mundial y París, Mèxic, Nova York. Memòries, los tres libros editados por Proa y con un importante éxito de ventas. La crítica ha dicho de los tres textos que destacan por su enorme y minuciosa documentación, así como por la honestidad e incomodidad de lo que se cuenta en ellos.

Además, el carácter multidisciplinar y el mensaje social y reivindicativo de su obra le han dado un halo de personaje a caballo entre el renacimiento y el idealismo de los años 30, cuando numerosos artistas creyeron que este país iba a ser más culto, noble y rico. Quizás por eso, y por su facilidad de conectar con la gente, Carles Fontserè ha sido un personaje muy querido en toda Cataluña. Cuando el pasado día 9 de marzo cumplió 90 años, fueron centenares de felicitaciones las que recibió a través de una página web montada especialmente a tal efecto por el periódico electrónico Vilaweb.

Fontseré ha estado implicado durante muchos años y de forma muy activa en el movimiento a favor de la devolución de los documentos de la Generalitat expoliados por el franquismo. En reconocimiento a su actitud de firmeza, a pesar de la edad, la Comissió per la Dignitat le otorgó hace unos meses el Premi Dignitat. Entre los popularmente llamados papeles de Salamanca hay un ingente número de dibujos y carteles suyos. A pesar de la satisfacción que supuso para él la reciente devolución de parte de esos documentos, desgraciadamente no podrá ver todos sus carteles de propaganda bélica de nuevo en Cataluña, puesto que el grueso de su obra está todavía pendiente de devolución.

Con su muerte desaparece uno de los últimos creadores que pusieron el arte al servicio de la libertad y la dignidad amenazadas por el fascismo. Fontserè es un referente cívico para varias generaciones de catalanes.

Carles Fontserè, cartelista, nació en 1916 en Barcelona y murió el 4 de enero de 2007 en Girona.