FAMILIA: Hijo del diplomático Pedro Cortina Mauri y hermano del empresario Alberto Cortina. VINATERO: En 1999 plantó 29 hectáreas de vides. BODEGA: Tiene ya capacidad de 300.000 botellas por año. Sus vinos se venden en Francia, Suiza, Alemania y EEUU.
Esta Navidad, en las mesas y los restaurantes más importantes del país han brindado con los vinos de Vallegarcía, la finca de los Montes de Toledo propiedad de Alfonso Cortina. El antiguo presidente de Repsol es otro apasionado de los viñedos, una afición en alza entre empresarios, intelectuales, deportistas y artistas.
PREGUNTA.- Para un ejecutivo puro y duro, ¿no es una frivolidad hacer vino?
RESPUESTA.- Crear una empresa y dar trabajo a la gente no es ninguna frivolidad, todos los negocios, éste también, tienen una parte de ilusión y de entusiasmo. Y en mi caso, tengo ya muchas satisfacciones. Todos los críticos consideran que los vinos son excelentes, aunque a este proyecto, que empecé con la compra de unos viñedos en 1999, le faltan años hasta que sea rentable.
P.- ¿No echa de menos un centro de poder tan importante como Repsol?
R.- Han sido ocho años y medio muy bonitos. Y durante otros 32, he sido primer ejecutivo de distintas empresas. La vida tiene sus etapas, yo he pasado página y miro al futuro de forma positiva.
P.- Usted lanzó Repsol al estrellato económico.
R.- Era una pequeña compañía que no había salido prácticamente de España y la dejé siendo la octava compañía del mundo. Cuando llegué, Repsol ganaba 400 millones de euros, en el año 2001, ganó 3.000 millones. Multiplicar así las ganancias de una sociedad, te da mucha satisfacción.
P.- Se ha librado de la hostilidad creciente que hay en América Latina contra nuestras empresas.
R.- Allí se han complicado mucho las cosas con los gobiernos populistas de izquierda. El caldo de cultivo ha sido la mala distribución de la riqueza y unos sistemas fiscales muy deficientes que no permiten atender a los más desfavorecidos.
P.- ¿Llegó a tratar a Evo Morales?
R.- Lo conocí en una Cumbre Iberoamericana, cuando todavía estaba en la oposición. Tenía planteamientos muy radicales pero me pareció un hombre inteligente.
P.- ¿Nunca le tentó la política?
R.- Nunca, tampoco la viví en casa. Mi padre, Pedro Cortina Mauri, fue ministro de Asuntos Exteriores en la última etapa de Franco, pero no era político, lo nombraron porque era un gran diplomático y un gran catedrático de Derecho Internacional.
