MADRID.- Los lectores de EL MUNDO ya pueden disfrutar de El franquismo en sellos y billetes. Muchos ya habrán hojeado el álbum de lujo para guardar esta nueva colección o estarán contemplando las cuatro primeras piezas de la misma, que se regalan con el periódico de hoy. Quienes quieran seguir recorriendo este viaje fascinante por nuestra Historia reciente tienen una oportunidad la semana que viene. Y es que, desde mañana, durante todos los días, de lunes a viernes, el periódico regalará una nueva entrega de la colección, totalmente gratis.

Lunes.

La segunda entrega de la colección está compuesta por una hoja bloque de sellos y un billete de banco. A partir de entonces, ése será el formato de las entregas: una hoja bloque más otra pieza, que podrá ser un billete (como en este caso) o un décimo de lotería, en días alternos. El billete que forma parte de esta entrega tiene un significado especial, pues fue el primer valor de 1.000 pesetas que salió de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Fue emitido en 1940, en plena posguerra, y, para ilustrarlo, se escogió el retrato de Carlos I de España y V de Alemania, como símbolo del pasado imperial hispánico.

La otra pieza es una hoja bloque con la segunda serie de sellos emitida con la efigie de Franco después del fin de la Guerra Civil. Unos sellos realizados en calcografía (grabado a buril con la tinta en relieve), en la cual aparece Franco en dos posiciones. En el sello de 40 céntimos (en color castaño rojizo), mira desde arriba. En el de 20 céntimos (en violeta), aparece con capa frente al Castillo de la Mota, de alta significación para el régimen, como se puede comprobar en la entrega del jueves.

Martes.

En este caso, se trata de una hoja bloque compuesta por sellos de la emisión de 1970 dedicada a los literatos españoles y un décimo de lotería del sorteo del Niño de 1962. La relevancia de este último viene dada por que, en el año de su emisión, se terminó de formalizar el sistema actual de sorteos y décimos de lotería. Hasta 1960, los décimos estaban ilustrados con motivos meramente decorativos, mientras que, a partir de ese momento, todos los billetes de cada año estaban englobados dentro de una misma temática monográfica (en caso de monumentos españoles).

En lo referente a la hoja bloque de los escritores (la tercera que aparece en la colección), llama la atención la presencia, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer y Concha Espina, dos malditos para el régimen franquista. En primer lugar, Juan Ramón Jiménez, exiliado tras la Guerra Civil. En segundo lugar, Miguel de Unamuno, un desertor que, primero, apoyó la sublevación militar contra la República, aunque luego se desvinculó con su lapidario «Venceréis, pero no convenceréis».

Miércoles.

Otra hoja bloque dedicada a escritores -más clásicos- y un billete de banco con la efigie del humanista y filósofo Luis Vives. Entre 1950 y 1953, se emitieron los sellos que forman parte de la hoja bloque, realizada en huecograbado. Para la ocasión, se recurrió a autores del Siglo de Oro. Calderón de la Barca protagonizó el sello de cinco céntimos (en color castaño); Lope de Vega, el de 10 céntimos (burdeos); Tirso de Molina, el de 15 céntimos (verde oscuro); y Ruiz de Alarcón, el de 20 céntimos (violeta oscuro).

Otro genio, aunque en este caso renacentista, ocupa el billete de 1.000 pesetas, emitido en 1946. Se realizó en color verde, aunque en un tono mucho menos intenso que las emisiones posteriores, en las que el color quedó asociado de forma definitiva a este valor.

Jueves.

Otra edición conmemorativa, como una de las dos hojas bloque que se regalan hoy -aunque ésta es cinco años anterior-, acompaña a un décimo de lotería de la misma serie del que se ofrece el martes -es decir, de 1962-. Mucho más austera que la del XXV aniversario, esta serie, que conmemora los 20 años de la sublevación militar contra la República, homenajea a los soldados que apoyaron la causa franquista. Éstos quedan representados en la figura de un recluta laureado.

El Castillo de la Mota, situado en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, es el modelo arquitectónico del franquismo. Su presencia es una constante a lo largo de billetes, sellos y décimos de lotería. Esto se debe a la conexión existente entre la edificación y los Reyes Católicos. Isabel de Castilla pasó largas temporadas y murió allí. Por ello, el régimen franquista potenció su recuperación y, así, cedió la fortaleza a Pilar Primo de Rivera, hermana del fundador de la Falange, como refugio de su Sección Femenina.

Viernes.

La última entrega de la semana está compuesta por los primeros sellos con la efigie de Franco y el primer billete realizado en España tras el fin de la Guerra Civil. La hoja bloque muestra a Franco en una pose triunfal: de perfil y mirando al horizonte. El valor, realizado por el grabador Sánchez Toda, apareció en 1939 y conoció varias reediciones en diferentes formatos -emisiones benéficas incluidas- hasta l953. Ambos sellos, con valores de 20 céntimos (lila) y dos pesetas (castaño), fueron de los pocos realizados con la técnica de la litografía.

La otra pieza es un prodigio de colorido. Fechado en Barcelona el 1 de junio de 1940, el billete de una peseta sirvió para paliar la escasez de moneda. A pesar de su pequeño valor, no se escatimó en diseño y, así, la imagen de Hernán Cortés que preside el anverso aparece orlada de azules intensos, rosas y amarillos, mientras que el reverso combina el azul celeste con los tonos granates. Se trata de un formato poco habitual para los billetes actuales (menos estirado que el papel moneda que hoy se utiliza), con continuas referencias iconográficas al Movimiento.