DEFINICIONES
Primero de año nuevo: jornada de la arbitrariedad, puesto que una vez más el futuro llegó por detrás. Un día más, guardé mis modos y modales; no cambian ni con las fiestas de guardar.
Ese día, también, (¿o fue la víspera?) «la ordinariez degeneró en crímenes» [como previó Stendhal[] (después de leer un aforismo de Julio César[] -«la humanidad sobrevive gracias a unos cuantos»-)].
Ese día, también, el asesino amó a su gata contra las mujeres y a su pueblo contra la humanidad.
Ese día, también, recordé que, de niño, cuando las pulgas me acribillaban, pensaba aliviado en la escabechina de sangre que habrían hecho de ser del tamaño de rinocerontes.
Ese día, también, el fanático, «al no dar con la región permanente, abrigó la ilusión de alcanzar la quimérica». [Heb. XIII.14]
Ese día, también, sin noticias de Dios, la barbarie política creó demonios de charlotada y sangre.
Ese día, también, el calamar ignoró el mareo incluso cuando se ayuntó durante la tempestad.
Ese día, también, la mosca del vinagre ¿envidió a la del foie-gras?
Ese día, también, un espontáneo me comunicó: «... he creado el cuaderno de des-varíos (nohalugar.blogspot.com) para que, como poco, este año tenga 12 meses».
Ese día, también, me escribió el filósofo Antonio Muñoz (con Nico y los seis gatos): «Nos sentimos orgullosos de nuestros amigos. Y no tan sólo porque Baltasar Gracián[] observara: 'Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene'».
Ese día (¿de hace cuántos años?), Marcel Duchamp[] me dijo (mientras analizábamos una partida de ajedrez): «Me niego a combatir por una opinión o su contraria. Y no por pesimismo: es mi camino de beatitud».
Ese día, también, me confesó una amiga inteligente y hermosa que estaba tan harta de su feminidad que había decidido hacerse feminista[.epsilon.].
Ese día, también, otro amigo decidió hacer la corte a pesar de la moda de fornicar antes.
Ese día, también, malvivió como pura escoria de basura; ignoraba que podía aspirar a la santidad.
Jaculatorias (eyaculaciones, del latín jaculari):
Jesús Mateo me pidió 12 jaculatorias «si es posible para antes de fin de año». El 1.infty. de enero, le respondí: «Mucho celebraría que sepas disculpar mi retraso de horas. El adocenado regaló un ramo de 12 rosas, pero no de 13 para no caer en la superstición. El delicado ofreció 14 a la docena. Como mis jaculatorias para tu libro-bestiario de la pintura mural de Alarcón:
Martiríceme o sodomíceme si le place. Desde que murió mi caniche, todo me da igual.
Si Adán[] no hubiera sido vegetariano, se habría llegado a comer a la serpiente.
El camaleón sólo exhibe su color cuando se ayunta con otro.
Dichosas ardillas sin vacaciones ni nochebuenas.
El biólogo molecular quisiera vivir con un animal de compañía; duda entre el virus gigante y el dinosaurio enano.
El águila sentada en su butacón caza ovejas con un rifle.
Escrupuloso ciempiés: para no dar pie con cola, anda con cien ojos.
En Ciudad Rodrigo[], me preguntaba: pero, ¿qué piensa el gallo del gallinero recién pintado?
¿Y si las orejas se le volaran al conejo con su cepillo de dientes?
El mono creó el inmundo mundo; evolucionó y se transformó en hombre antes de volverse Dios a su propia imagen y semejanza.
El elefante tuvo que cortarse la trompa; su rabito sentía celos de ella.
Sólo mima a su gata; pero la cucaracha también es un animal doméstico
En cuanto me pongo a escribir, las palomas de mis balcones calzan botas. Y dan zancadas a lo Groucho Marx[].
Como no le falta nada, se ha comprado un chivo expiatorio pata negra.
Otro arrabalesco: El cirujano talibán[0] tranquilizó a las víctimas del tirano[0.infty.]: el déspota morirá como un imbécil gozando de excelente salud.
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