CHENNAI (INDIA).-
Se anunciaba final española en el torneo que inaugura el curso 2007 en la ATP. En la primera semifinal concurría Rafael Nadal, primer favorito, número dos del mundo, mentalizado como nunca antes para mejorar los octavos de final (2005) que exhibe como mejor papel en el Open de Australia, donde el año pasado no estuvo por lesión. Nadal eligió Chennai para arrancar. «Quería ganar este torneo», dijo después de que el belga Xavier Malisse, tercer cabeza de serie, se impusiera por 6-4 y 7-6 (4).
Punto final a la opción de regresar a una final, lugar en el que no se ve desde el último Wimbledon, cuando cayó ante Federer. Puestos a hablar de superficie rápida, ignorando la hierba de Londres, su última final fue en Dubai, en frebrero del año pasado (se impuso a Federer). «Es un contratiempo, pero el siguiente compromiso empieza pronto y hay que mejorar», dijo Nadal, refiriéndose al torneo de Sydney, en el que participará a partir de mañana. El caso es que Malisse, 26 años, 37 de la lista mundial, logró ayer uno de los mayores éxitos de su carrera, en la que sólo ha obtenido un título, el de Delray Beach en 2005.
El belga había perdido los dos encuentros anteriores con Nadal, ambos sobre tierra, pero esta vez, como había anticipado, resultó un rival temible para el español sobre la superficie dura del estadio Nungambakkam. Se adjudicó el primer set al conseguir la única ruptura del encuentro, en el tercer juego. Luego acertó a mantener su servicio durante todo el partido y batió a Nadal en el juego de desempate de la segunda manga (7-4), salvando, eso sí, seis bolas de break (tres en el décimo juego y otras tantas en el duodécimo) y forzó el desenlace del partido mediante el tie break.
Mientras Nadal terminaba de ducharse salía a la pista Carlos Moyà. También se se estancó en semifinales al caer contra Stefan Koubek (6-3 y 6-1). El austriaco, instalado en el puesto 80 del ránking ATP, apartó a Moyá de su cuarta final consecutiva en Chennai, donde ya ganó en las ediciones de 2004 y 2005 (el año pasado perdió contra Ljubicic).
El tenista centroeuropeo, que acaba de cumplir 30 años, resume su palmarés en tres éxitos (Atlanta, Delray Beach y Doha) y dos finales: Bournemouth (1999) y Zagreb el pasado curso. Un currículo lejos del de su adversario (19 títulos, entre ellos un Roland Garros), al que arrolló por un claro 6-3 y 6-1 en un duelo que apenas sobrepasó la hora de juego. Ocurre que Moyà ofreció la peor versión de sí mismo. Incapaz de quebrar el saque de su rival, fue siempre por detrás de su oponente.
Y eso que había salido vencedor en tres de los cuatro duelos precedentes frente a Koubek quien, crecido ante la oportunidad de engrosar su historial en el inicio del tramo final de su carrera, se hizo con el partido y no lo soltó. Moyà desperdició una buena ocasión para reconducir su situación tras un 2006 irregular. Después de la final de este torneo y de ganar en Buenos Aires, fue decayendo hasta irse al puesto 43 de la clasificación mundial.
Ljubicic, campeón en Doha.
El croata Ivan Ljubicic ganó en Doha el séptimo título de su carrera tras derrotar en la final al británico Andy Murray por 6-4 y 6-4.
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