REAL MADRID 95
DKV JOVENTUT 91
Tunceri (-)
M. Tomas (7)
C. Smith (10)
Hervelle (13)
Varda (-)
F. Reyes (21)
H. Sonseca (9)
Bullock (26)
Nguema (9)
Benett (3)
Rudy (9)
Barton (15)
Gaines (13)
Archibald (5)
Huertas (9)
Vázquez (11)
Dueñas (2)
s.c.
R. Rubio (5)
Betts (5)
Flis (-)
s.c.
Laviña (14)
Arbitros: De la Maza, Guirao y Jiménez
1er CUARTO 2º CUARTO 3º CUARTO 4º CUARTO
25-18 29-18 18-19 23-36
VISTALEGRE. 9.200 ESPECTADORES.
Eliminados: M. Tomas, Huertas, Vázquez y Archibald.
MADRID.- La prueba era terrible. Tras dos dolorosas derrotas a domicilio que cortaron una racha de 13 victorias, el Real Madrid recibía a uno de los equipos más incómodos de Europa con importantes ausencias, entre ellas la de Raúl López, que no llegó a la cita. Sin embargo, el DKV Joventut se dio de bruces con ese equipo asombroso y arrollador que no aparecía desde hacía unas semanas. Sólo la rabia final verdinegra consiguió maquillar el marcador.
El grupo de Joan Plaza rescató sensaciones en un grato despertar. Recuperó credibilidad de cara a la cada vez más cercana Copa, y lo hizo con sus armas más reconocibles: defensa, velocidad, intensidad e inteligencia. A pesar del buen hacer general, las riendas del grupo las tomaron tres hombres. Bullock, Reyes y Hervelle dieron un paso al frente ante el difícil compromiso y sacaron de sus casillas a un desesperado Joventut, que no estuvo en ningún momento a la altura. Mucho menos cuando su referente, Rudy Fernández, se lesionó su tobillo izquierdo y sólo pudo completar, tocado, la primera parte.
Precisamente en el acto inicial fue donde los de Aito García Reneses dilapidaron sus opciones. Intentaban robar y correr, pero les fue imposible ante la seriedad blanca, que les desquiciaba por momentos. La ventaja no paró de crecer ante la exhibición de Reyes, cada día más grande, la intensidad de Hervelle y la facilidad anotadora de Bullock, al que sólo con faltas eran capaces de contener los verdinegros. Al descanso, tras una canasta de Sonseca, el Madrid alcanzó los 18 puntos de ventaja.
Remontada. Trató el Joventut de revolucionar el choque en la reanudación, pero los blancos le contestaron con un 5-0 de salida. Dos contragolpes seguidos mediado el tercer cuarto, culminados fugazmente por los pívots, dejaron la máxima del encuentro (67-43) y casi todo visto para sentencia. Sólo el lógico cansancio acumulado de una rotación de nueve hombres -frente a una de 12- y la casta de los catalanes, que no se dieron en ningún momento por vencidos, dejaron emoción para los últimos minutos. Tras dos tiros libres postreros de Ricky Rubio, la ventaja se quedó en cuatro, lo máximo que pudieron acercarse los visitantes.
Además de para volver a la senda de la victoria antes del importante choque del martes ante el Unics Kazan en la Copa ULEB, el encuentro de ayer en Vistalegre le sirvió a Plaza para descubrir a un base de garantías en su cantera. El joven Richard Nguema se reivindicó con una seria actuación (9 puntos sin fallo), incluidos los ardientes minutos finales.