Los violentos volvieron a hacerse notar ayer en el País Vasco. Varios desconocidos atacaron una entidad bancaria en Arrasate (Guipúzcoa), que ardió y obligó a la evacuación de medio centenar de vecinos del inmueble. El desalojo afectó a los inquilinos de tres portales completos del edificio y dejó totalmente calcinada la oficina de La Caixa en la que colocaron el artefacto explosivo.
Además de ese atentado, otros dos cajeros de entidades bancarias de esa localidad fueron atacados con cócteles molotov y resultaron con «daños mínimos», según informó la Ertzaintza.
Hacia las 24.00 horas de la madrugada del viernes al sábado, varios desconocidos colocaron un dispositivo detonante en una sucursal de La Caixa situada en la calle Jokin Zaitegi de la localidad de Arrasate. La explosión del artefacto, que era de tipo «casero» y estaba compuesto por «aerosoles y gasolina», provocó un importante incendio que quemó totalmente la oficina bancaria y causó una densa humareda.
Este hecho obligó a todos los vecinos de los números 3, 4 y 5 de esa calle a desalojar sus viviendas. En total, unas 50 personas que tuvieron que ser alojadas en dos hoteles de Arrasate y en uno de Eskoritza, aunque una parte de ellos pudo regresar ayer a sus domicilios después de que técnicos de la Policía Autónoma vasca y un aparejador municipal comprobaran que la estructura del inmueble no presentaba «problemas importantes», según explicó a este periódico el alcalde de la localidad de Arrasate, Ignacio Lakunza.
Pese a esto, el primer edil del municipio adelantó la posibilidad de que algunos vecinos no pudieran regresar ni siquiera hoy a sus viviendas debido a los daños que ha habido en las instalaciones del gas. Quienes más tendrán que esperar son los residentes en el portal número 4 de la calle, porque es el que más daños ha registrado.
Lakunza no pronosticó cuánto tiempo se tardará en la reparación de los desperfectos, porque eso es algo «que depende de las empresas instaladoras». No obstante, indicó que éstas son «fechas complicadas», debido a las fiestas, por lo que se necesitarán «dos días como mínimo» para realizar esas tareas.
Pero este no fue el único acto de kale borroka (violencia callejera) que se vivió en la madrugada de ayer en Arrasate. Media hora después de esa explosión en la sucursal de La Caixa, los violentos atacaron un cajero de la Kutxa y y otro del BBVA, situados en las calles Garibai y Biteri, respectivamente, donde ocasionaron escasos desperfectos.
«Producto de la demencia»
Esos atentados fueron condenados ayer por portavoces de partidos políticos e instituciones. El primero en hacerlo fue el alcalde de Arrasate, Ignacio Lakunza, quien mostró su profunda repulsa y afirmó que «un acto así no se puede valorar», ya que es «producto de la demencia», según informa Efe.
Asimismo, el Ayuntamiento de esa localidad difundió un comunicado firmado por todos los grupos municipales -PNV, PSE, EB, EA, PP, Aralar y Grupo Mixto-, en el que condenan esos ataques y muestran su alegría porque no hayan tenido «excesivas consecuencias personales».
El consistorio se solidarizó con los afectados y señaló que estos actos «suponen el desprecio a la voluntad y el compromiso» de los vascos de construir una sociedad «asentada en la democracia y los Derechos Humanos». En la nota recalcaron que «ningún proyecto político justifica este tipo de acciones, que ponen en riesgo la integridad física de los ciudadanos». Eusko Alkatarsuna hizo público otro comunicado, en el que expresó su «rotunda» condena y aseguró que «estas expresiones violentas» provocan «la indignación de la ciudadanía y resultan estériles para la consecución de una sociedad normalizada y en paz».
Miembros del PSE-EE, PP e Izquierda Unida-Ezker Batua expresaron su repulsa y pidieron a Batasuna que condene estos atentados.