La llegada de los periodistas pronto duplicó el número de gente que se concentraba ayer frente al bar y tienda de alimentación Castilla, regentada por los tres hermanos, solteros, de De la Rosa.

Uno de ellos, Alfonso, seguía ayer haciendo el reparto de pan por los pueblos vecinos a los que también ha llevado la suerte. «Aunque no lo crea la gente, nosotros nos hemos quedado con muy poco», decía a los vecinos, que celebraban la lluvia de millones a la puerta del establecimiento.

«Tal vez podamos construir nuevas casas», decía ilusionado uno de ellos.

Mientras, Ildefonso de la Rosa, que también siguió con el reparto de pan como si fuera un día normal, contaba a Efe los detalles del premio: «Está bastante repartido entre gente muy humilde, obrera, porque comencé a venderlo después de Navidad. He dado mucha alegría a mucha gente, y eso es lo principal». Sus paisanos le gritaban: «Éste es el que nos ha traído la suerte, oé, oé».