Domingo, 7 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6230.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Crónica
Nueva economia
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Gobernar es rectificar (Confucio)
Haz Click Aquí
 MUNDO
Las bodas gays amenazan con romper la Iglesia anglicana
El arzobispo de Canterbury reconoce que en la próxima cumbre se podría producir un cisma que «sumirá a la gente en la recriminación mutua»
ADRIAN SACK. Especial para EL MUNDO

LONDRES.- El cisma de la Iglesia Anglicana por el auge gay podría ser inminente. Esta vez los temores por esta potencial ruptura no han sido animados por los rumores apocalípticos de siempre, sino por el mismísimo arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.

Publicidad
«Tengo miedo de que se quiebre nuestra Iglesia, no porque piense que es lo peor que nos podría pasar en este mundo, sino porque en esta coyuntura particular será malo para nosotros y sumirá a la gente en la recriminación mutua y la amargura», declaró el prelado en una entrevista que será transmitida hoy en el Reino Unido por la cadena privada ITV y que promete conmover a buena parte de los cerca de 70 millones de anglicanos dispersos por el mundo.

Williams, jefe espiritual de su congregación desde 2002, reconoció así que se podría producir un cisma en el seno de esa confesión religiosa en la próxima cumbre eclesial de febrero que se realizará en Africa y que esta división estaría animada por las diferentes posturas existentes sobre el espinoso tema de la convivencia de los obispos homosexuales.

El creciente problema, que se profundizó cuando se hizo público que cerca de 50 sacerdotes gays y lesbianas formalizaron sus parejas mediante la ley de uniones civiles, disparó una inusitada presión sobre Williams por parte de los sectores más conservadores, que no tolerarían un nuevo incremento de la presencia homosexual en el seno de su Iglesia. Las protestas de esta corriente más tradicionalista se han intensificado recientemente, al difundirse la noticia de que los religiosos que se casaron en esas circunstancias violaron abiertamente la promesa de mantener el celibato hasta amtes de ese momento, requisito exigido por la conducción anglicana para permitir esas uniones.

Ningún obispo presentó un recurso formal de queja ante esta nueva y creciente tendencia, pero el arzobispo de Canterbury coincide con diversos analistas locales en que el peligro de una ruptura es real, sobre todo, porque es la primera vez en 10 años que las autoridades de esa confesión debatirán abiertamente el tema. No podemos dar por hecho que la comunidad anglicana pueda seguir adelante tal como siempre lo ha hecho hasta hoy. Por supuesto, esto es doloroso para todos, pero no hay manera de avanzar sin responder a las preguntas más duras», confesó Williams ante la inminencia del sínodo, a sabiendas de que sus críticos más enardecidos intentarán socavar su liderazgo e imponer una línea más conservadora.

El arzobispo ya ha sido acusado de mantener una conducción «débil» y permisiva, que le ha ganado muchos detractores, aunque también un fuerte apoyo por parte de los sectores más liberales.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad