ALBERT MARTIN
El central Rafa Márquez se erigió, contra su voluntad, en el jugador del partido. En medio del naufragio colectivo del Barça en la primera mitad, el mexicano se convirtió en el mejor futbolista del Barça con diversas intervenciones decisivas para frenar los ataques del Getafe. Se permitió incluso lanzar un espectacular envío de cincuenta metros a Eidur Gudjohnsen que conllevó la mejor ocasión del Barça en todo el partido.
Todos sus méritos habrían servido para apagar el debate sobre su polémico retraso en el retorno al trabajo de no ser por la pifia garrafal que protagonizó en el minuto 54 del choque, cuando recibió un envío de Puyol como último hombre de la defensa. El mexicano dudó a la hora de devolverle el cuero -en lo que era un gesto técnico tan sencillo cono rutinario- y acabó dejando el balón muerto en los pies de Güiza, que superó la despesperada acometida de Puyol antes de anotar el 1-0.
Tras el partido, Valdés negó la evidencia asegurando que Márquez no tuvo ninguna culpa en la acción del gol, pero las imágenes no dejan ninguna duda al respecto. Tras sus problemas aeroportuarios en su país, el retorno del mexicano a los campos de fútbol se saldó con su mayor pifia desde que milita en el Barça.
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