Jornadas como la de ayer sirven para recordar que en Frank Rijkaard cohabitan un holandés amante del buen fútbol y un italiano encantado de sumar puntos. Tras el engendro balompédico que perpetraron sus futbolistas, el entrenador del Barcelona no tuvo ningún problema en declararse «satisfecho con el resultado y con la actitud del equipo».
Su comparecencia parecía inspirada en cualquiera de las que Fabio Capello ha realizado al frente del Real Madrid, y tal vez siguiendo ese ejemplo expuso argumentos poco habituales en el equipo azulgrana.«Éste es un campo complicado, pocos equipos sacan los tres puntos.Hemos tenido buena actitud y hemos dejado pocas opciones al rival», explicó Rijkaard, pasando por alto el hecho de que el Barça chutó sólo tres veces entre los tres palos y que en algunas fases del choque se quedó en una posesión del 36%. «No hemos arriesgado demasiado», prosiguió el técnico, «y con el gol en contra hemos tenido que reaccionar. Nos falta un poco de ritmo, pero el equipo ha trabajado muchísimo».
«Pocos entrenamientos». Rijkaard aprovechó también para pedir paciencia tras el asueto navideño para que el equipo recupere su mejor nivel, aunque sorprendió que se refiriera a los «pocos entrenamientos» realizados para justificar el pobre juego de ayer, puesto que fue decisión suya que el Barça tuviera doce días de vacaciones, líder en este apartado entre los equipos de Primera división. Su conclusión fue clara: «No hemos hecho un gran partido, pero hemos buscado el resultado». Fue, cosas del subconsciente, una de las ruedas de prensa en que soltó más términos en italiano.
Xavi se mostró algo más realista con el nivel exhibido por el equipo y confesó que había sido «un partido para olvidar». «Estamos contentos por el empate, pero no hemos podido hacer nuestro juego, el campo no estaba en perfectas condiciones, no hemos tenido la posesión y hemos sufrido mucho», explicó el centrocampista, que admitió que el gol del Getafe había sido clave en la reacción del Barça en los últimos minutos: «Nos ha hecho espabilar», confesó.
Puyol también se mostró conforme con lo obtenido en el Alfonso Pérez. «Tal como ha ido, es un punto importante», explicó. «Ha sido difícil y en ningún momento hemos estado cómodos».
Bernd Schuster era la otra cara de la moneda, contento con el juego de su equipo y resignado con el marcador. «Estoy satisfecho con el equipo, que ha hecho un gran esfuerzo físico y ha creado problemas al Barcelona. Me atrevo a decir que merecíamos ganar», explicó el técnico alemán. En su análisis del partido, fue clave la presión que recibieron los centrocampistas más creativos del Barça: «Hemos jugado para llevar el juego del Barcelona a las bandas, anulando a Iniesta y Xavi. Por eso hemos visto mas centros y balones largos del Barcelona, y eso nos interesaba», explicó Schuster, que dedicó una de sus perlas al ayer goleador del Barça.«No olvidaré a Xavi nunca», aseguró.
El partido dejó una contundente parábola balompédica. Sylvinho, que entrenó en solitario antes de que el resto de sus compañeros regresaran de las vacaciones y dio buena muestra de lo que significa estar implicado con el equipo, cuajó un partido espantoso. Sus incorporaciones al ataque se saldaron con centros al más puro estilo Barjuan, hasta el punto de que se ganó una reprimenda del habitualmente frío Gudjohnsen. Sylvinho redondeó su desastrosa actuación con una cómica pérdida de balón que le granjeó la simpatía de buena parte de la grada del Alfonso Pérez. Gio le sustituyó en el segundo tiempo, y el lateral brasileño debió abandonar el estadio pensando que el fútbol no siempre premia a los que más entrenan.
Nadie lo dijo, pero si la preocupación no cundió ayer en las filas del Barça es porque Deco, Eto'o, Ronaldinho y Messi volverán pronto a las filas del campeón.