R. M. T.
MADRID.-
Las propiedades del aceite de oliva han ampliado su campo de acción. Investigadores de la Universidad de Granada y el Hospital Carlos III de Madrid han descubierto que el ácido maslínico, que se extrae del orujo, puede ralentizar la propagación del virus del sida en el organismo humano hasta un 80%.
El trabajo, dirigido por el catedrático granadino Andrés García-Granados, se centra en este ácido que, según sus resultados científicos, inhibe la serínproteasa que utiliza el VIH para abrirse camino desde de una célula infectada hacia fuera, provocando la infección por todo el cuerpo. Este ácido maslínico, que también tiene efectos antioxidantes y anticancerígenos, se encuentra en la cera de la piel de las aceitunas.
En el Hospital Carlos III, el profesor Vallejo-Nájera está comprobando los efectos que este compuesto tiene en la enfermedad.
Pero no es esté el primer hallazgo de la Universidad de Granada en torno al orujo de las olivas. Dado su papel como inhibidor de las proteasas, también es útil para tratar enfermedades producidas por parásitos en el intestino delgado. De hecho, los investigadores han registrado ya dos patentes para la obtención de medicamentos para esta infección y para el sida. Con anterioridad, tenían presentadas una decena de otras aplicaciones para este mismo compuesto.
La Universidad de Granada acoge, en la Facultad de Ciencias, una planta piloto para la producción de ácido maslínico que es única en el mundo. Allí se investiga cómo rentabilizar empresarialmente los proyectos relacionados con este producto. De momento, el único compuesto que se ha logrado comercializar es el ácido oleanólico, que se produce en China pero el maslínico, según los expertos españoles, tiene mayor actividad biológica.
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