Lunes, 8 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6231.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve (Herni Dominique Lacordaire)
 CIENCIA
AITOR ZABALGOGEAZKOA / Director general de Médicos Sin Fronteras España
«Es vergonzoso que no haya aún fármacos contra el sida para los niños»
ROSA M. TRISTAN

MADRID.- Desde 1993 trabaja en ayuda humanitaria, en la que aterrizó cuando era productor de televisión. Desde entonces ha trabajado en 29 desastres, naturales o no, y en otros tantos lugares del planeta. Aitor Zabalgogeazkoa es consciente de que, aparte de la ayuda de emergencia, la ONG que dirige en España, tiene mucho que hacer en el campo de la presión. Uno de sus caballos de batalla es lograr la concienciación social de la investigación farmacéutica.

Pregunta- ¿Cómo ha visto la trayectoria de MSF en estos 13 años?

Respuesta.- Somos ya muy grandes para lo bueno y para lo malo. En lo bueno, tenemos una gran capacidad de respuesta y también de discutir y ser oídos en el ámbito internacional. Por ejemplo, en la campaña sobre las patentes farmacéuticas. Y la parte mala es la compleja gestión con la que ahora tenemos que lidiar. Somos 3.000 voluntarios en el terreno, decenas de miles de trabajadores locales y no es fácil. Por otro lado, no es bueno el lío que hay sobre lo que es ayuda humanitaria ni que exista la creencia general de que las ONG somos la solución a todo, cuando no es así. Tampoco lo es que esa función la instrumentalicen los gobiernos.

P.- Cuando el tsunami, MSF fue criticada por otras ONG por decir que no necesitaba más fondos para ese desastre.

R.- Empezamos a recibir dinero que no podíamos gestionar. Yo estaba en Sri Lanka a las 24 horas y vi que había muchos muertos y pocos heridos. A nivel médico, había poco que hacer. Hicimos un presupuesto de 30 millones de euros y el 9 de enero estábamos en 70. Entonces dijimos al público lo que pasaba. Es cierto que muchas ONG que no trabajan en emergencias, es en esos primeros momentos cuando pueden recaudar dinero y por eso se molestaron. Pero fue una cuestión de honestidad.

P.- MSF desarrolla proyectos que no son de emergencia, como sida. Es un terreno muy distinto.

R.- Si, no son de corto recorrido. Cuando empezamos con el sida, la malaria y la tuberculosis, no se hacía lo suficiente y vimos que teniamos un papel como ONG médica que conoce Africa. También hay enfermedades olvidadas como el Chagas, tripanosomiasis, la enfermedad del sueño, etcétera, que han desaparecido de la agenda política y queríamos poner sobre la mesa. El punto de vista es el mismo: una crisis aguda en un sector de población. También nos hemos volcado en la campaña de acceso a los medicamentos esenciales.

P.- ¿Cuál es el objetivo?

R.- Se trata de ir a la causas, de pinchar a las farmacéuticas para que investiguen y a los gobiernos para que cambien leyes. No es ayuda humanitaria pura, pero en Africa tenemos 60.000 pacientes de sida que están demostrando que los tratamientos en los países pobres funcionan, incluso en zonas rurales. Y eso es importante. Ahora, con el sida, por ejemplo, el problema no es de dinero. Hay donaciones privadas elevadas, pero sigue sin haber una política clara.

P.- ¿A qué se refiere?

R.- El encuentro en Doha, en 2001, no sirvió para que los gobiernos solucionaran el problema de las patentes que hay que pagar a las farmacéuticas por cada producto nuevo. Han pasado muchos años hasta que un medicamento de China ha podido saltar las barreras comerciales. En una crisis tan grave como el sida, que mata a tres millones de personas al año, es vergonzoso que aún no haya fármacos para los niños. Ahí es donde hay que presionar y también en lograr prevenir la infección de madre a hijo.

P.- ¿Y cómo hacerlo?

R.- Planificando. Ya sabemos que en cinco o seis años habrá resistencias a los fármacos que ahora se suministran y habrá que cambiarlos. Hay que invertir en implantar nuevos programas, mejorar la preparación de los sanitarios y las infraestructuras.

P.- Sin olvidar que las farmacéuticas son empresas privadas.

R.-Nosotros les pedimos que consideren el factor humano. No se trata de que no tengan ganancias, pero tampoco de poner trabas. Novartis, por ejemplo, ha sacado un medicamento que es una combinación de otros y quiere cobrar patente por él. Lo está peleando en la India, que suministra el 80% de los fármacos genéricos del sida. Si gana, muchos enfermos se verían afectados. Por eso queremos que pongan a las personas en la ecuación de su negocio.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
Haz Click Aquí
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad