VICENTE SALANER
La racha de lesiones ha venido a recordar al Real Madrid la vulnerabilidad del ser humano y de sus creaciones, incluidos los equipos de baloncesto invencibles. Con un enorme sufrimiento, los blancos han detenido este fin de semana la mini-hemorragia de derrotas al imponerse a un Joventut hundido por el acierto inicial del equipo de casa y, sobre todo, por su propio error al plantear durante demasiado rato una defensa zonal que el Madrid desmanteló con precisión quirúrgica. Pero ya les llega otra prueba de fuego: la visita a Vitoria contra ese Tau que les ha arrebatado el liderato. Y Joan Plaza ha podido comprobar qué jugadores elevaban su rendimiento para responder a la hecatombe (lesiones de Raúl López, Venson Hamilton y Alex Mumbrú) y cuáles no.
Es evidente hoy que quienes han dado plenamente la talla han sido Felipe Reyes y Louis Bullock. A eso añadiríamos que Ratko Varda y Charles Smith, muy importantes porque ellos debían responder directamente ante las ausencias de Hamilton y de Mumbrú, han sido los más decepcionantes: Varda nos ha demostrado en un par de semanas el porqué de la fama de descentrado que le persigue, y Smith está empeñado en buscar soluciones personales que, como maneja bastante mal el balón, suelen acabar en pérdidas de posesión. De los demás jugadores se puede decir que han mantenido su nivel anterior, pero en un caso -Kerem Tunçeri- eso ha sido aún más negativo que los bajones de Varda y Smith, porque ha quedado dolorosamente claro que Raúl era el principal solista dentro de la demostración coral de las 13 primeras jornadas y que Tunçeri, al mantener sin más su nivel decente de base suplente -buen físico, mucho trabajo, algo de tiro, poca creatividad, no mucha rapidez, dificultades botando contra las defensas agresivas- resultaba totalmente insuficiente para mantener en buena marcha el motor del equipo.
Estas cosas les suceden a todos los equipos a lo largo de una temporada -ahí está el Estudiantes en sus horas más bajas-, pero los candidatos al título saben capear estos temporales. El Tau es precisamente un experto en ello. Ahora Plaza se enfrenta al desafío de revalidar en Vitoria, y en inferioridad de condiciones, las buenas impresiones dejadas cuando el equipo estaba sano. Puede tener alguna esperanza por dos motivos: porque recupera a Raúl y porque, aun sin él, el equipo se mostró redivivo y acertado duante 35 minutos ante el Joventut...
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