Con esta medida, la firma que preside Guillermo García del Toro -un ex de Afinsa que en 1996 rompió con la filatélica para montar su negocio- quiere evitar, tal y como denuncian las asociaciones de consumidores, que ésta sea investigada por camuflar, bajo la apariencia mercantil de compraventa de bienes artísticos, un contrato financiero. Una práctica prohibida en la actividad de la inversión en bienes tangibles.

Si bien algunos clientes han solicitado al magistrado José Manuel de Vicente Bobadilla, titular del Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid y encargado de tramitar el procedimiento del concurso público -también lleva el caso Afinsa- la devolución de las obras gráficas de las que son titulares, la empresa ha propuesto al juez que éstas sean vendidas en el mercado.

«Para superar la actual falta de liquidez de tesorería, es necesario que el Convenio de Acreedores recoja la novación de los contratos, suprimiendo el compromiso de recompra, pero quedando la obra en propiedad del cliente, y subsistiendo el mandato a Arte y Naturaleza de colocar la pieza en el mercado», asevera la compañía en la documentación que ha entregado al juzgado.

Diferentes contratos

Arte y Naturaleza ha ofrecido a los clientes tres tipos de contratos. El denominado mandato, usado por el 90% de las operaciones efectuadas, permitía que a cambio de un desembolso mínimo de 1.500 euros a un plazo de uno o dos años, se garantizaban ganancias de entre el 15% y el 17%. El dinero convertía al ahorrador en dueño de una obra de arte que, transcurrido el plazo, la empresa recompraba. Ahora, asegura que el total de la relación de contratos de este tipo asciende a 24.821. Éstos han supuesto unas ventas de 390,96 millones de euros, mientras que el importe declarado por recompra asciende a 507,83 millones.

La segunda fórmula de inversión funcionaba como un plan de pensiones . Mediante este instrumento, denominado Contrato de Patrimonio Artístico (CPA), la firma -dice haber sellado 10.010 contratos por 12,35 millones de euros- proponía al cliente crear un «patrimonio en arte» mediante el pago de cuotas mensuales mínimas de 30 euros. Al total invertido se le aplicaba, cada ejercicio, un incremento del 6%. Esta inversión vinculaba al ahorrador durante 20 años, periodo que, al finalizar, podía recuperarla con elevadas ganancias. A partir de septiembre pasado, según la empresa, se retiraron sus dos productos estrella para ofrecer contratos de «cuentas en participación», con los que se comprometía a vender la obra gráfica al mejor precio posible.

La firma achacó su decisión de suspender pagos al «gravísimo efecto» producido por la crisis de las conocidas empresas filatélicas, cuyo agujero patrimonial -ronda los 5.000 millones de euros- está siendo investigado por la Audiencia Nacional. Arte y Naturaleza señaló que la «alarma» creada por el escándalo filatélico de Fórum y Afinsa había dado lugar a un importante número de solicitudes de cancelación de operaciones que gozaban de «total normalidad».

En la documentación remitida al juzgado, la empresa da más detalles al respecto. Alude a que «numerosos clientes» iniciaron «numerosas peticiones de cancelación» de sus contratos y que, al activarse el ejercicio de los derechos de recompra, la sociedad se topó con la «imposibilidad de cumplir puntualmente con dichas obligaciones económicas por falta de liquidez y consecuente estado de insolvencia».

Hasta la suspensión de pagos, la empresa sólo había podido hacer frente a compromisos de los clientes por un importe de 110 millones de euros, el 15% del total. La sociedad tiene pendiente el pago de otros 600 millones. Curiosamente, Arte y Naturaleza dice que se convirtió «en el principal promotor de arte en Europa» y que reinvirtió los beneficios obtenidos en el negocio en «compras de inmuebles para establecer nuevas delegaciones», así como en la «implementación de aplicaciones informáticas para gestionar las cuentas de clientes y el inventario de obras». La firma, según se detalla en el expediente del concurso voluntario, también tiene por objeto la adquisición de inmuebles rústicos y urbanos. Con un capital social de 604.500 euros, tras la última ampliación de capital, Arte y Naturaleza declara que sus resultados en 2005 -no entregados en el registro- ascendieron a 980.704 euros y que su pasivo, al cierre del mismo ejercicio, sumó 144,38 millones. Asevera también que el conjunto de bienes y derechos de la empresa está valorado en 77 millones.

La compañía, además, reconoce que varias fincas de su propiedad tienen cargas financieras. Tres de ellas están gravadas con hipotecas a favor de Caja Duero por 832.127 euros. Una cuarta aparece a favor de Riofisa por una venta inmobiliaria y asciende a 4,63 millones.

En relación a las cuentas de 2004, auditadas por Inforfiscal, éstas presentaban salvedades, aunque la empresa podría cumplir con sus compromisos. En ese ejercicio, último disponible en los registros, se aclara que la deuda con sus acreedores ascendía a 40 millones, que su tesorería era de 18,2 millones y que el resultado neto fue de 495.000 euros.

Tras anunciar la declaración de concurso voluntario, Arte y Naturaleza ha participado en la Feria Arpa de Valladolid, en noviembre de 2006. No obstante, la organización de la Feria Estampa 2006 prohibió el mes pasado la presencia de Arte y Naturaleza en su edición anual.