M. C.
MADRID. - La visita de Condoleezza Rice debería servir para acompasar las visiones de ambas administraciones en relación con Oriente Próximo. Los españoles plantearán a la secretaria de Estado todas las hipótesis que se han barajado, incluida la propuesta de enviar observadores a la zona, el punto del plan presentado por Zapatero y el presidente francés, Jacques Chirac, que suscitó más reticencias.
En realidad, la idea que se ha analizado en los ámbitos diplomáticos españoles era la de proponer que, en un principio, los supervisores europeos que trabajan en el paso de Rafah (entre Egipto y la Franja de Gaza) ampliaran su ámbito de actuación para ejercer a modo de controladores.
Se trataría de una misión arriesgada, sobre todo por la existencia de grupos armados y enfrentados entre sí en el lado palestino. No obstante, de tener éxito, opinan los diplomáticos consultados, esta operación podría ampliarse hasta el punto de poder estudiar una participación más amplia bajo mando de la OTAN, una organización en la que está presente EEUU -factor indispensable para contar con la aquiescencia de Israel-; los países europeos -tradicionales donantes de ayuda a Palestina-; e incluso un país como Turquía, oficialmente laico pero mayoritariamente musulmán.
Las negociaciones discretas que parecen haber reanudado el primer ministro israelí Ehud Olmert y el presidente palestino Abú Mazen, así como los planes de la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, para desbloquear la situación, unido a la perspectiva de elecciones en Palestina, serán factores de primer orden para forzar el entendimiento entre la UE y EEUU. La reunión de Madrid podría significar un primer paso hacia el reencuentro.
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