MADRID. - El Gobierno español espera que 2007 sea el año en el que se visualice la recuperación plena de relaciones políticas con EEUU. El momento clave debería ser inminente -a mediados de febrero- cuando los secretarios de Estado y de Defensa estadounidenses, Condoleezza Rice y Robert Gates, visiten por primera vez España desde la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero.
Los ministerios de Exteriores y Defensa han iniciado ya contactos para preparar sendas visitas que deberían ser, si se cumplen las previsiones de Madrid, prácticamente consecutivas.
De acuerdo con la agenda provisional que barajan las dos administraciones, el secretario de Defensa, Robert Gates, viajará a España para participar en la reunión informal que mantendrán los ministros de Defensa de la OTAN en Sevilla los días 8 y 9 de febrero. Con ocasión de esta reunión, Gates mantendrá su primer encuentro bilateral con el ministro José Antonio Alonso quien el pasado mes de noviembre visitó oficialmente al por entonces su homólogo, el dimitido Donald Rumsfeld, en Washington.
Apenas unos días más tarde, debería llegar a Madrid la jefa de la diplomacia estadounidense Condoleezza Rice. No obstante, se baraja también la posibilidad -aunque más remota- de que Rice aproveche un encuentro que tiene previsto en Bruselas a finales de enero para hacer una breve parada en España.
Sea a finales de este mes o a mediados del próximo, la visita de Rice se da por segura en esta ocasión, de hecho el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, aprovechó su último viaje a Washington, el pasado 19 de diciembre, para ultimar todos los detalles.
La compra de aviones
En el terreno de la Defensa, la situación en Afganistán y el desarrollo de la misión ISAF (bajo paraguas de la OTAN), en la que participan tanto EEUU como España, así como las posibilidades de una mayor colaboración en el terreno de la industria militar (España debe decidir ahora qué modelo de avión no tripulado adquiere para las misiones en el exterior), serán los dos asuntos más destacados de la agenda.
También estaba previsto que el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general de Ejército Félix Sanz Roldán, viaje este mes a EEUU para tratar aspectos exclusivamente militares.
Sin embargo, debería ser la visita de Condoleezza Rice la que sirva para demostrar a la opinión pública la recuperación de relaciones. En el terreno de la Defensa los contactos siempre han sido fluidos; no así en el campo de la diplomacia donde la parte norteamericana se ha mostrado hasta ahora menos dispuesta a poner en escena gestos amistosos.
La visita de la secretaria de Estado será, protocolariamente, la devolución de las dos realizadas ya por el ministro Miguel Angel Moratinos a Washington: la primera, el 15 de abril de 2005, fue breve y transcurrió en un clima de frialdad; la segunda, el pasado 20 de junio, tras la celebración en Tampa (Florida) de la reunión anual del Consejo España-EEUU, dejó traslucir menos tensiones hasta el punto de que Rice accedió incluso a comparecer junto a su homólogo español en una breve rueda de prensa en la que apuntó que las diferencias entre Madrid y Washington a propósito de Irak estaban superadas.
Contactos de alto nivel
Lo cierto es que los desencuentros entre los dos gobiernos han sido mucho más notables de cara a la galería que en el contacto entre altos despachos. Moratinos ha conversado en múltiples ocasiones con Rice y por diversos motivos, aunque los temas recurrentes han sido siempre la situación en Oriente Próximo y la influencia creciente, y según EEUU, negativa, de Venezuela en el concierto latinoamericano.
Madrid y Washington han intercambiado puntos de vista acerca de la necesidad de reimpulsar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. E incluso, ambas administraciones llegaron a valorar la posibilidad de convocar en el futuro una nueva conferencia de paz.
Las diferencias han surgido a la hora de lanzar las nuevas iniciativas. El Gobierno español se mostraba partidario de hacerlo de forma inminente a la vista del deterioro constante de la situación en los territorios palestinos; en tanto que Washington prefería mantener el compás de espera porque consideraba, al igual que Israel, que no se daban las condiciones para proponer nuevos planes.
Latinoamérica, terreno de intereses comunes para Madrid y Washington, debería ser el segundo foco de atención en la cita Moratinos-Rice.
El florecimiento de gobiernos populistas de signo marxista amparados por el presidente venezolano Hugo Chávez; la necesidad de defender los potentes intereses económicos que tanto España como EEUU poseen en la región; la estrategia más adecuada para ejercer la influencia política sin caer en la injerencia y, por supuesto, el futuro incierto de Cuba, serán las otras claves que darán la temperatura de la sintonía entre los dos gobiernos.