Villaconejos fue el día de Nochevieja Fuenteovejuna. Medio millar de sus vecinos trataron de linchar a El Calvo, un delincuente de 37 años, vecino del pueblo, que lleva siete atormentando a la población con sus fechorías: robos, extorsiones, amenazas, tráfico de drogas... Como no pudieron darle un escarmiento le quemaron la casa y dos coches. Ayer, transcurridos siete días de la venganza del pueblo, los vecinos salieron a la calle con ánimos más pacíficos. La mitad de sus 3.400 moradores salió el domingo por la mañana a la calle para exigir paz y tranquilidad y pedir medidas judiciales contra Javier Bernuí, alias El Calvo.
Cerca de 1.500 personas se concentraron frente al Ayuntamiento de la localidad bajo el lema «Villaconejos quiere vivir en paz». Sin embargo, muy pocos de los que quemaron la casa y trataron de dar un escarmiento a El Calvo estaban ayer en la plaza. Los vengadores, la mayoría jóvenes, aseguran que darán la cara cuando haga falta. De momento la Guardia Civil no ha investigado los hechos ni ha interrogado a nadie. Sí se abierto una oficina en el Consistorio para que los vecinos puedan denunciar al delincuente. Además, están recogiendo firmas demandando una orden judicial de alejamiento perpetuo del pueblo para El Calvo. En el día de ayer ya casi habían conseguido 1.000 rúbricas.
Respuesta unida.
La concentración pacífica de ayer era ante todo una respuesta unida de Villaconejos contra los incidentes del último fin de semana del año pasado cuando la gente estalló contra El Calvo. Éste imponía la ley del terror en el pueblo, armado con una pistola y una navaja. Un joven de 21 años se enfrentó a él y le dio varios golpes. El Calvo, enfurecido, fue en su busca la noche del 30 de diciembre. Acompañado de 17 personas trataron de localizar al chaval y fueron a por él, al bar El Cachete. Al no hallarle, destrozaron el local y dieron una paliza al dueño. Esa misma noche, 200 jóvenes fueron a su casa a darle un escarmiento. Bernuí disparó a la multitud y fue necesaria la presencia de los equipos especiales de la Guardia Civil para frenarles.
El alcalde también intentó templar el ánimo de la gente, que estaba dispuesta a lincharle. A las 6.15 horas del día 31, la Guardia Civil detuvo a El Calvo. Ese mismo día ya fue ingresado en prisión.
En la mediodía del 31 de diciembre, circuló el rumor de que ya estaba libre. Otra vez la gente se juramentó para volver a casa y darle un castigo. No sabían en ese momento que había sido encarcelado. El problema, dicen los vecinos, es que cada vez que comete un delito pasa unos días encerrado y sale en seguida en libertad. «Vuelve a robar, vuelve a meterse con la gente y vuelve a sus andanzas. Así llevamos siete años soportando insultos y vejaciones».
Lo peor de aquel domingo, día 31 de diciembre, fue que los vecinos destrozaron toda la casa y quemaron la vivienda y dos coches. También se llegaron a poner delante de los Bomberos y de la Guardia Civil con el fin de que las llamas devorasen por completo la casa. «No queremos que vuelva», decían.
La concentración de ayer transcurrió sin incidentes ni sobresaltos. «Villaconejos unido quiere vivir en paz» fue el lema que presidió la manifestación, un eslogan que podía leerse impreso en una pancarta colgada en el balcón del Ayuntamiento. Además, se repartieron decenas de hojas con el mismo enunciado.
Sólo se rompió el silencio de la reunión con el estruendo enrabietado de los vecinos gritando: «Fuera, fuera».
El alcalde de Villaconejos, Lope Benavente, del PSOE, cogió el micrófono para tranquilizar a los vecinos y asegurarles que se hará «todo lo posible para devolver la tranquilidad al pueblo». «Los vecinos se siguen sintiendo amenazados por Bernuí, pero también fuertes y unidos», aclaró el regidor. «Si a partir de ahora este señor vuelve a Villaconejos y amenaza o coacciona a algún vecino, todo el pueblo va a responder unido». A juicio del regidor la manifestación silenciosa no estaba programada contra nada ni contra nadie sino «a favor de nosotros mismos, los vecinos y los visitantes de Villaconejos que quieran vivir con nosotros y sepan cumplir las mínimas normas de convivencia».
Entre los concentrados además no había signos de arrepentimiento tras los hechos de Nochevieja. «¿Por qué?», se preguntaba un vecino. «Volveríamos a hacerlo si está en peligro nuestra seguridad y la de nuestras familias».
La familia de Bernuí sigue residiendo en Villaconejos. Aseguran que no es tan fiero como le describen. «Si tiene sus cosas pero no ha matado a nadie», dijo un pariente. Ha sido detenido en 10 ocasiones y cumple condena por homicidio doloso y secuestro de una mujer.
RECOGIDAS MAS DE 1.000 FIRMAS
El Ayuntamiento de Villaconejos está recogiendo firmas para solicitar el alejamiento perpetuo y definitivo de 'El Calvo'. La idea de los responsables municipales es que no vuelva a pisar el pueblo. Las rúbricas persiguen que la juez decrete una orden de destierro y que se le declare persona 'non grata'. «Hay miedo a que vuelva y queremos conseguir cualquier cosa que logre calmar a toda la población», explica el regidor. «Las continuas amenazas, provocaciones y robos de 'El Calvo' unieron al pueblo contra él. Los ánimos se caldearon y al final se produjo lo inevitable».
Los vecinos creen que hay que buscar fórmulas legales para conseguir librarse para siempre de este delincuente. «Que convoquen un referéndum y que decida el pueblo, verás cuál es el resultado. Aquí nadie hace nada», dijo uno de ellos.
El único concejal del PP en el municipio asegura que lo ocurrido en el pueblo es la muestra de que el pueblo está unido. «Todos somos Villaconejos». Hay quien llega a bromear que habría que cambiar el nombre del pueblo por el de 'Villacojones'.