Hace 20 años, el fotógrafo Christopher Makos llegó a Madrid y retrató a los gurús de la Movida: Almodóvar, Alaska, Agatha Ruiz de la Prada... Ahora ha regresado para fotografiar la Nochevieja en la Puerta del Sol, un proyecto que se convertirá en febrero en una exposición. Junto a Paul Solberg, a quien ha señalado como su heredero, forma los Hilton Brothers, un peculiar y divertido equipo fotográfico. El Museo Reina Sofía acaba de adquirir cinco obras suyas.

Pregunta.- ¿Qué le atrajo de esta propuesta para la Nochevieja?

Respuesta.- Hacer fotos a grupos de gente. Alrededor de 60.000 en este caso. Yo nunca salgo en grandes celebraciones por Nueva York, pero por Madrid, sí. Cuando mis amigos me lo propusieron me pareció una idea emocionante y dije, ¿por qué no?

P.- Usted fotografió a muchos personajes de la Movida madrileña en los años 80.

R.- Sí, en 1986. Hace 20 años. Adoro España y me pareció un momento perfecto para regresar. De modo que estoy feliz de meterme entre la gente y hacerles fotos.

P.- ¿Qué fue lo primero que quiso hacer cuando llegó a Madrid?

R.- Comer. Siempre que vengo voy a un restaurante tradicional, La trucha, que es uno de mis favoritos con sus tapas. También camino y voy de compras por los alrededores del hotel Palace. Cuando paseo por detrás del Palace o del Reina Sofía encuentro un pueblo. Algo que no parece que sea parte de Madrid. Es una zona muy especial.

P.- La ciudad ha cambiado mucho en los últimos 20 años.

R.- La gran diferencia con la primera vez que llegué es que entonces no tenía American Express (risas). Ésa es la verdadera diferencia.

P.- La ciudad se vuelve más amable cuando uno tiene tarjeta de crédito.

R.- Bueno, sí. Puedes comprar de todo, hacer de todo... El dinero cambia todo, como en la canción. Pero Madrid no ha cambiado mucho en este aspecto, porque los madrilinianos provienen de los conquistadores, fueron a Sudamérica, encontraron oro... Están acostumbrados a tener dinero.

P.- No sé yo qué decirle.

R.- Aquí hay una gran cultura, una gran historia. No son como los nuevos ricos americanos o rusos. Soy optimista: cualquier cambio sólo puede ser a mejor. Quiero decir que llevo 20 años diciendo que amo esta cultura y ahora tengo previsto además un gran proyecto con la Comunidad de Madrid que no sé exactamente en qué consiste, pero que me encanta. Siempre quiero llegar a donde ningún otro hombre haya llegado antes (risas).

P.- ¿Cómo se desenvuelve en la ciudad?

R.- Soy una especie de turista accidental. Siempre he querido aprender español, pero cuando vengo aquí estoy continuamente en círculos intelectuales, artísticos y así, y todos me hablan en inglés. Así que la única forma de hablar algo de español es cuando cojo un taxi o con la chica que hace la limpieza de la habitación. Pero la lengua de los artistas es internacional. Los artistas nos expresamos a través de fotos, acciones... Los artistas no hablamos idiomas.

P.- En Nochevieja tampoco hace falta.

R.- En este caso interactuamos con el público español. Para mí fue un honor y un privilegio porque los españoles, con cientos de años de tradición, no temen expresarse. Son más divertidos que el resto de culturas.

P.- Mucha gente compara el alma de Madrid con la de Nueva York.

R.- ¿Por lo de la ciudad que nunca duerme? ¡Pero si sois vosotros los que nunca dormís! En Nueva York dormimos al menos un poquito (risas).

P.- ¿La cámara es más un microscopio o un telescopio?

R.- Ambos. Pero prefiero la cercanía. Hacer fotos desde lejos es como robarlas, prefiero decirle a mi objetivo que se acerque (risas).

P.- ¿Quién es el español más fotogénico?

R.- ¡Todos! (risas) ¿Estás bromeando? ¡Todos! España está llena de personajes. Y tenéis a un maestro del cine como Almodóvar que supo verlo: guapos, feos, bajos, gordos. Desde Rossy de Palma hasta Antonio Banderas.

P.- ¿Cuál ha sido su foto más difícil?

R.- Con Simon y Garfunkel. Muchos músicos se creen más especiales que nadie.

P.- ¿Y la más emocionante?

R.- Con Elizabeth Taylor. Cuando yo tenía 20 años. No dejé de pensar todo el tiempo que estaba fotografiando a Cleopatra. Fue perfecto. Increíble. Y esta experiencia en Madrid también ha sido muy interesante porque a los españoles les encanta posar.

P.- ¿Existe el alma? Y si es así, ¿puede un fotógrafo atraparla?

R.- Sí. Y el alma se ve mejor después de que la gente haya bebido unas copas y se haya quitado la presión (risas).

P.- ¿Qué siente cuando vende una foto por 10.000 dólares?

R.- Una gran felicidad.

P.- ¿Y qué le gustaría decirle a quien la haya comprado?

R.- Que es un ser afortunado.

Origen: Nueva Inglaterra, 1947 (Nadie de los que viven en Nueva York ha nacido allí) Currículo: Cronista del Nueva York dorado, discípulo de Man Ray y retratista de Andy Warhol, quien dijo de él que era el mejor fotógrafo de América. Su objetivo ha captado a grandes personajes como Liz Taylor, John Lennon, Truman Capote o Mick Jagger. Aficiones: «Volar, montar en bicicleta y trabajar. Trabajar es lo que más me gusta». Debilidades: El chocolate. Defectos: «Soy un obsesivo. No paro hasta que consigo lo que pretendo. Pero estas obsesiones son las que hacen que los artistas pinten, escriban o fotografíen. La locura es una parte muy importante». Virtudes: «La mejor: todavía sigo vivo».