LA HABANA.-
Cinco pacifistas estadounidenses, entre ellas la activista Cindy Sheehan, llegaron ayer a La Habana para exigir el cierre de la prisión de la base naval de Guantánamo, donde denunciaron que los detenidos «reciben un trato inhumano», según Efe.
Las pacifistas se desplazaron a la isla sin autorización de su Gobierno, con lo que incumplen las restricciones de viajar a Cuba impuestas por la Casa Blanca. «Cualquiera que me conozca sabe que no le tengo miedo a nada. Lo más importante aquí son los actos inhumanos que mi país está perpetrando en Guantánamo», dijo Sheehan.
Además de Sheehan, la avanzadilla del grupo, que reunirá en total a 12 personas, está formada por Medea Benjamin, de la asociación de mujeres contra la guerra Código rosado; la ex coronel del Ejército estadounidense Ann Wright; Adele Welty, madre de un bombero que murió en los atentados del 11-S, y la joven Tiffany Burns.
Sheehan, quien perdió a su hijo en Irak en 2004 y se ha convertido en un símbolo de oposición a la guerra, encabezará esta semana una marcha hacia la base naval estadounidense de Guantánamo.
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