El telescopio espacial Hubble ha permitido la creación del primer mapa detallado de la llamada materia oscura, esa misteriosa energía de la que que se componen los cimientos fundamentales del Universo.
Se trata de partículas que no pueden ser detectadas por la radiación que emiten y no son visibles en ninguna parte del espectro electromagnético, pero cuya existencia se infiere de los efectos gravitatorios que provocar en la materia visible, como las estrellas o las galaxias.
Los astrónomos que la estudian acaban de lograr una tarea que parecía imposible: la creación de imágenes tridimensionales de algo que se había resistido hasta ahora a todo intento de detección desde que se lanzó la hipótesis sobre su existencia en 1933, informa Efe.
A diferencia de lo que ocurre con los distintos cuerpos celestes, visibles al ojo humano gracias a los poderosos instrumentos de observación como los telescopios, nadie ha visto hasta ahora la materia oscura ni sabe de qué está compuesta, aunque algunos cálculos efectuados por los astrónomos indican que es, al menos, seis veces mayor que el resto del universo visible combinado. Con ayuda del Hubble, un equipo de 70 astrónomos europeos, estadounidenses y japoneses, ha conseguido crear una imagen de la materia oscura en una región del espacio que contiene galaxias de varios miles de millones de años.
Uno de los descubrimientos más importantes de los astrónomos es que la materia oscura parece formar un armazón o esqueleto en torno al cual se constituyó el universo visible. Aunque los cosmólogos suponían que debía ser así, el descubrimiento constituye una demostración de que sus cálculos eran correctos y que sin materia oscura no podría existir el Universo tal y como lo conocemos.
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