En la ciencia, como en la vida, hay veces que buscamos algo durante años, sólo para caer en la cuenta de que estuvo siempre frente a nuestras narices. Así podría haber sucededido con los tan traídos y llevados microorganismos marcianos, según una nueva teoría que acaba de presentarse ante la Sociedad Astronómica Americana.
En el caso de que estos seres tuvieran células formadas por agua oxigenada, una posibilidad que no se había considerado hasta ahora pero que sería compatible con las condiciones atmosféricas de Marte, los métodos que se emplearon en los 70 para seguir su rastro no sólo habrían sido inútiles, sino también mortíferos para los propios microbios.
En la Tierra, las células de todos los organismos vivos tienen agua salada en su interior, y los científicos que diseñaron los experimentos para buscar vida en Marte con las sondas Viking, las únicas que hasta el momento han realizado esta tarea de forma directa, asumieron que ocurriría lo mismo con nuestros vecinos del planeta rojo.
Sin embargo, de acuerdo con los investigadores Dirk Schulze-Makuch, de la Universidad Estatal de Washington, y Joop Houtkooper, de la Universidad Justus-Liebig de Griesen, sería más plausible que los microbios marcianos tuviesen como líquido intracelular una mezcla de agua común (H20) y peróxido de hidrógeno (H2O2), más conocido como agua oxigenada.
Este compuesto posee la propiedad de permanecer en estado líquido a temperaturas muy bajas, como las que se dan en la superficie del planeta rojo, mientras que el agua se congelaría y podría destruir las células de las que forma parte. Por ello, los organismos marcianos, en el caso de que existan, podrían haber evolucionado a partir de un tipo de célula desconocido en la Tierra.
Los robots Viking, enviados por la NASA durante la primera oleada de misiones al planeta rojo, buscaron vida mediante experimentos que involucraban derramar agua sobre el gélido suelo marciano, o bien calentarlo. A pesar de que hoy sabemos que algunas regiones de este mundo están regadas por riachuelos y, por tanto, podrían ser susceptibles de albergar microorganismos, en aquel momento no se encontró rastro alguno de actividad biológica.
Una de las posibles explicaciones -incluyendo que no haya vida en Marte o que se buscara en el lugar erróneo- sería la apuntada por Houtkooper y Schulze-Makuch: los organismos basados en células de agua oxigenada no sólo resultarían indetectables para los experimentos de la NASA, sino que habrían muerto, ahogados y achicharrados, al ser regados por el agua o expuestos a temperaturas mayores de las que su constitución alienígena podía soportar.
En realidad, los científicos que diseñaron aquellos experimentos no podían haber imaginado algo así con los datos que tenían, ya que entonces se sabía muy poco de este planeta. «Ahora, teniendo un mejor conocimiento, debemos explorar entornos donde puedan subsistir organismos especialmente adaptados», comentó ayer Schulze-Makuch a este diario. «En Marte, eso significa no calentarlos a temperaturas que sean cómodas para nosotros (15ºC) y no inundarlos en agua».
En la Tierra, no hay ninguna criatura cuyas células contengan agua oxigenada, aunque sí existen ejemplos de actividad bioquímica relacionada con este compuesto. «Hay microbios que utilizan H2O2, lo producen o incluso lo usan en su metabolismo. Y, por supuesto, tenemos el espectacular ejemplo del escarabajo bombardero, que rocía a sus enemigos con un compuesto con 25% de H2O2», recuerda Schulze-Makuch.