IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal
ROMA.-
«Sobredosis de Viagra». Tras llevar a cabo los primeros análisis, los médicos se muestran convencidos: fue el consumo masivo del conocido fármaco contra la impotencia lo que el pasado sábado provocó la muerte en Roma de un hombre de 49 años. Según todos los indicios, la víctima, un viudo que desde hace cuatro meses estaba embarcado en una nueva relación amorosa, estaba tan preocupado por no decepcionar a su pareja en el plano sexual que durante la noche de Reyes consumió una dosis letal de las famosas pastillas azules. En su sangre se ha encontrado una dosis considerada por los médicos como excesiva de sildenafil citrato, el principio activo de la Viagra.
Los especialistas insisten en que, si se consume siguiendo las indicaciones terapéuticas adecuadas, la Viagra no es un medicamento peligroso. El problema es la absoluta falta de controles que muchas veces acompaña la ingesta de este medicamento, elevado en muchos casos a la categoría de píldora mágica capaz de garantizar a su usuario una excepcional actuación sexual. Un problema que la muerte de Flaviano Cotta ha puesto ahora en evidencia.
En Italia, como en España, es necesaria una receta médica para poder adquirir Viagra en una farmacia. Un impedimento que, sin embargo, se puede soslayar fácilmente si el medicamento en cuestión es adquirido vía internet. «Pastillas de Viagra a sólo 0,87 dólares cada una», promete uno de los incontables anuncios que ofrecen por internet las píldoras contra la impotencia. Se calcula que el 10% de todo el spam (el correo basura que circula por la Red) se compone de mensajes que venden Viagra, Cialis o Levitra, medicamentos estos dos últimos de efectos similares a los que provocan las conocidas pastillas azules, capaces de entrar en acción media hora después de su consumo y cuyos efectos se mantienen durante seis o siete horas. Rara es la persona, y aún menos del sexo masculino, que en su buzón de correo electrónico no recibe a la semana varios mensajes publicitarios invitándole a adquirir una caja de «pastillas del amor», como en muchas ocasiones las llaman sus vendedores.
En el caso de Flaviano Cotta, el hombre de 49 años fallecido en Roma por una sobredosis de Viagra, se desconocen aún los pormenores que el pasado sábado provocaron su muerte. Se sabe, eso sí, que este empleado de la compañía Telecom había enviudado hace casi 10 años, que tenía un hijo adolescente a su cargo y que la soledad le corroía el alma. Hasta que hace unos meses conoció a una enfermera y volvió a ilusionarse. El pasado sábado, noche de Reyes, se encontraba en casa de ella cuando, de pronto, comenzó a sentirse mal. Al darse cuenta de la gravedad de la situación, su novia, enfermera del Hospital Gemelli de Roma, llamó al teléfono de Urgencias solicitando una ambulancia. Pero cuando el cuerpo de Flaviano Cotta ingresó en el Hospital de San Filippo Neri, lo hacía como cadáver.
Los médicos especulan ahora con la posibilidad de que Cotta padeciera problemas coronarios y estuviese tomando algún medicamento contraindicado con la Viagra. El fármaco contra la impotencia tiene dos contraindicaciones: una extraña enfermedad ocular (que no implica riegos de mortalidad) y la interferencia con algunos fármacos para tratar problemas coronarios.
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