MADRID.-
«Las expectativas son muy buenas; el año pasado, Arco creció un 13% en ventas y yo espero que en esta edición crezca por lo menos en esa proporción». Con esas expectativas, afronta la nueva directora de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, Arco, Lourdes Fernández, su primera irrupción en el Instituto Ferial de Madrid.
«Éste es un año muy bueno, el mercado está en alza -no hay más que ver cómo están funcionando las subastas y cómo han funcionado las ferias de Miami y Londres este otoño- y Arco es una feria que está en primera fila», dijo Fernández en una entrevista con Efe.
Durante los últimos 10 meses en el cargo, Fernández asegura que ha trabajado «sin descanso» y se ha recorrido la península para conocer una a una las galerías y sus necesidades. El fruto de esas giras será una feria que, a estas alturas, cuando falta más de un mes para su apertura (el 15 de febrero), «está prácticamente hecha».
«Ya sabemos quién viene, y el catálogo está ya en la imprenta, desde el pasado día 29 de diciembre, cuando lo cerramos», añade Fernández.
También están decididos los cambios conceptuales. Así, este año habrá días reservadas para los profesionales del sector del arte -las dos primeras jornadas y media del principio- y para el público en general -las otras tres y media-.
«Jamás diré que no quiero que vaya el público, que es siempre un coleccionista potencial. El arte se compra también en la medida en que se conoce, y acercarse a Arco es una excelente manera de conocer el panorama del arte contemporáneo más actual», afirma Lourdes Fernández.
No obstante, la directora de Arco prefiere «que se venda y que vayan, sobre todo, coleccionistas». Por eso, ha pensado en una fórmula que ofrezca más sosiego a los profesionales.
Además, la feria se trasladará a dos nuevos pabellones y girará en torno a tres ejes centrales: «la internacionalización, el reforzamiento de su capacidad para dinamizar el mercado y la distribución de contenidos artísticos en tres secciones: programa general, proyectos y The Black Box».
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