En concreto, la Dirección General de Aviación Civil aprobó una resolución el pasado 30 de noviembre -publicada en el BOE del 29 de diciembre- en la que encargaba a Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y Seguridad Aeronáutica (Senasa) la realización de un estudio organizativo de la Subdirección General de Sistemas de Navegación Aérea y Aeroportuarios.

La aprobación de este dictamen fue anterior a la suspensión de los vuelos de Air Madrid, decisión adoptada unilateralmente por la empresa el pasado 15 de diciembre. La compañía presidida por José Luis Carrillo lanzó así un órdago a Fomento tras las amenazas recibidas de retirarle los permisos por sus reiterados incumplimientos en el plan de mantenimiento de sus aeronaves. Fuentes del sector interpretan que Manuel Bautista, director general de Aviación Civil, quiso anticiparse con este encargo a la posible crisis que podría desatar en el seno de su equipo el escándalo Air Madrid. Sobre la aerolínea, según ha publicado EL MUNDO en las dos últimas semanas, pesa la sospecha de haberse valido del tráfico de influencias y de tratos de favor para competir en el mercado.

Bautista ha delegado en el actual subdirector general de Sistemas de Navegación Aérea y Aeroportuarios, Jesús Pérez Blanco, la ejecución de esos trabajos en coordinación con técnicos de Senasa. El nuevo modelo organizativo deberá estar ultimado en un plazo máximo de cinco meses, tarea para la que se ha asignado un presupuesto de 225.960 euros.

Pérez Blanco ocupa este cargo desde que en el año 2002 cesara como responsable de la división de Explotación de Transporte Aéreo, otra de las subdirecciones dependientes de Aviación Civil.

Según reza el Boletín Oficial del Estado, a esa subdirección le corresponde «la regulación y supervisión de los sistemas de navegación aérea y aeroportuarios, ciertas competencias en materia de organización y utilización del espacio aéreo y de autorización e inspección de los aeropuertos y aeródromos civiles».

En otras de sus competencias se encuentran la elaboración de análisis e informes de «los procedimientos de certificación de sistemas de navegación aérea».

Aviación Civil entiende que ese departamento necesita revisar su actual configuración y valorar la idoneidad de nuevos instrumentos organizativos que le permitan dar respuesta de manera «eficaz, eficiente y ágil» a las demandas actuales y futuras que tiene encomendadas.

La máxima autoridad aeronáutica, dirigida por Manuel Bautista, le ha encomendado a Senasa la revisión y análisis del modelo organizativo, las propuestas del nuevo modelo de organización, los puntos que requieren mayor desarrollo normativo, además del diseño de un plan para su implantación en el corto y medio plazo.

El responsable de Aviación Civil ha tomado sus precauciones para que en el diseño de la nueva estructura organizativa de la Subdirección General de Sistemas de Navegación Aérea y Aeroportuarios para evitar interferencias de otros departamentos del órganismo aeronáutico.

Así, el texto publicado en el BOE deja muy claro que los técnicos de Senasa que participen en el proyecto de reorganización «no podrán depender ni orgánica ni funcionalmente en ningún caso de la Dirección General de Aviación Civil». También advierte que este personal «no podrá recibir órdenes ni instrucciones» de empleados o funcionarios vinculados a esa dirección.

Senasa, creada en 1990, es una sociedad mercantil de carácter estatal que pertenece a la Dirección General de Patrimonio del Estado, pero que actúa bajo la órbita del Grupo Fomento. La principal actividad de esta sociedad, presidida por Domingo Ferreiro Picado, es la formación de pilotos y personal vinculado al segmento de la aviación comercial.

Sin embargo, desde julio de 2006 y coincidiendo con los primeros episodios de las irregularidades de Air Madrid, Aviación Civil le amplió sus funciones. Pasó de denominarse Sociedad Estatal para las Enseñanzas Aeronáuticas S.A. a Servicio y Estudios para la Navegación Aérea y Seguridad Aeronáutica, con la consiguiente ampliación de cometidos.

Sospechas de corrupción

Fuentes del sector aeronáutico aseguran que Bautista se ha marcado como reto personal el limpiar la casa a la que él mismo ha estado vinculado durante buena parte de su trayectoria profesional.

El propio Bautista es el que convenció a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, a llevar hasta sus últimas consecuencias las advertencias lanzadas a Air Madrid por los incumplimientos reiterados en materia de seguridad. A su vez, la suspensión de los permisos le ayudaría a poner en orden en un organismo que, según fuentes del sector, siempre ha estado bajo la sospecha de corrupción, sobornos y trato de favor.

La titular de Fomento intentó hasta el último momento encontrar una solución para el caso Air Madrid para eludir dejar a miles de pasajeros en tierra y, por supuesto, evitar la polémica social y política desatada ante la eventual retirada de la licencia. Sin embargo, la gravedad de los hechos y la falta de voluntad de los directivos de la compañía por enmendar sus errores abocaron a la ministra a apoyar la suspensión de los vuelos defendida por Bautista.