LISBOA.-
El presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, firmó ayer en Lisboa un acuerdo con el Gobierno portugués y la Asociación Portuguesa para la Inversión (API) para construir la planta de producción de rodaballo más grande del mundo en la localidad de Mira, en vez de en el Cabo Touriñán, en Galicia. Este proyecto supone una inversión de 140 millones de euros, de los que 45 son subvencionados por el Estado portugués, 40 vía incentivos y cinco millones en créditos fiscales. La previsión es que se generen 200 puestos de trabajo directos, que en un futuro podrían llegar a 350.
En una primera etapa, la planta tendrá una producción de 7.000 toneladas de rodaballo al año destinadas, fundamentalmente, al mercado europeo, donde Pescanova tiene consolidadas grandes vías de distribución y comercialización. Después, se irá ampliando hasta las 10.000 toneladas, lo que convertirá a Portugal en el mayor productor de rodaballo.
Pescanova tenía previsto llevar a cabo este proyecto en Galicia, pero debido a los impedimentos que puso la Xunta sobre el impacto medioambiental, la empresa optó por realizar la inversión en el país vecino. El Gobierno gallego argumentó el pasado mes de mayo que la planta iba a provocar un fuerte impacto ambiental en el ecosistema de la Costa da Morte, ya que estaría ubicada dentro de la Red Natura. La instalación de la granja contó, en cambio, con la autorización de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.
El presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, anunció entonces que negociarían con Pescanova una nueva ubicación. Ahora el grupo gallego llegó a un acuerdo con el Gobierno portugués, porque según Manuel Fernández, en Galicia «nosotros hicimos nuestro trabajo, gastamos dinero en proyectos, estudios, pero ahora estamos aquí... Los estudios de impacto ambiental de Cabo Touriñán eran positivos», dijo.
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