El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, declaró ayer que la economía de la UE está en «un momento optimista» y vaticinó que tanto el crecimiento como la creación de empleo superarán en 2007 las tasas previstas hasta ahora. En el mismo tono optimista se expresó el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, que auguró un nuevo año de fuerte crecimiento para la economía mundial.
Las últimas previsiones del Ejecutivo comunitario, publicadas en noviembre, cifraban el avance del PIB de la zona euro este año en el 2,1% y en el 2,4% para el conjunto de la UE, con un ritmo de creación de empleo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 7,7% y 7,6%, respectivamente.
En un encuentro con periodistas, informa Efe, Almunia destacó que los indicadores económicos más recientes son «positivos». El comisario valoró la mejora registrada por la productividad, debida a motivos estructurales, lo que contribuirá, en su opinión, a elevar el crecimiento potencial de la economía del continente.
Para Almunia, ni la fortaleza del euro frente al dólar ni la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) siga subiendo los tipos de interés en la zona euro constituyen un motivo de preocupación.
Respecto a la moneda única, hizo hincapié en que el tipo de cambio actual frente a otras divisas (no sólo respecto al dólar) está muy próximo a la media histórica de los últimos 25 años y recalcó que, aunque conviene mantener la vigilancia, «no hay razones especiales para preocuparse».
En cuanto a la política monetaria, el comisario reiteró que el BCE debe cumplir su tarea de control de la inflación, objetivo al que está contribuyendo la moderación del petróleo.
En conjunto, concluyó Almunia, «comenzamos el año con una situación económica razonablemente positiva».
Un traspiés
También fueron optimistas las valoraciones realizadas ayer por Jean-Claude Trichet con motivo de la reunión celebrada en Basilea por los banqueros de las principales economías del mundo. En su opinión, la economía mundial va camino de registrar su quinto año de fuerte crecimiento y los riesgos de un traspiés «son bajos», según informa la agencia Reuters.
«Seguimos observando una base de crecimiento que es uno de los más estimulantes que hemos visto. Los riesgos», añadió en conferencia de prensa, «tienen una probabilidad baja, pero, eso sí, si cada uno de estos riesgos se materializa la situación podría ser grave».
En cualquier caso, Trichet recordó que el BCE sigue en alerta y enumeró los riesgos a los que se enfrenta la economía: una desviación desordenada de desequilibrios globales y los precios de mercado, el panorama de los precios del petróleo y de las materias primas, y una tendencia al proteccionismo comercial.