M. C.
MADRID. - El presidente del Gobierno quiere introducir el mínimo de cambios posibles en su apretada y complicada agenda para los próximos días y mantiene en pie su intención de realizar la semana que viene un viaje oficial a Japón, aunque previsiblemente éste se verá recortado en un día debido a la comparecencia prevista en el Congreso de los Diputados.
La intención es evitar que se extienda la sensación de que ETA condiciona la agenda política, aunque en Presidencia se matiza que el cierre definitivo de fechas y programa dependerá de la decisión que adopte hoy la Diputación Permanente del Congreso en relación con la comparecencia de Zapatero.
En principio, en el gabinete del presidente se trabaja con la idea de retrasar la salida de España hasta el lunes por la noche o el martes por la mañana, de manera que la visita oficial, que se desarrollará en su totalidad en Tokio y ya no incluirá una jornada privada en Kioto, comenzará previsiblemente el miércoles día 17.
Ello implicaría cancelar el encuentro de carácter económico previsto con empresarios españoles y japoneses; sin embargo, se mantendría intacta la jornada política, que incluye una audiencia con el emperador Akihito y una reunión con el primer ministro, el conservador Shinzo Abe.
Con este viaje a Japón, previsto desde hace meses, el presidente del Gobierno dará por definitivamente lanzada su estrategia de acercamiento a Asia que se inició con la visita que realizó en el verano de 2005 a China y, el pasado mes de julio, a la India.
Zapatero será el quinto mandatario europeo que se entreviste con Shinzo Abe, quien hoy mismo ha iniciado una gira que le llevará a Londres, Berlín, París y Bruselas. En esta última ciudad, el primer ministro nipón intervendrá en la OTAN ante el Consejo Atlántico y se entrevistará con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
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