La Guardia Civil ha detenido al hombre que el pasado día 23 de noviembre presuntamente mató a tiros y quemó al empresario Javier Parla García, de 36 años, vecino de Pinto y propietario de una tienda de alquiler de furgonetas en Illescas (Toledo). El supuesto homicida J. M. A., de 32 años, fue arrestado el pasado miércoles 3 de enero en su pueblo de Borox (Toledo). Se cree que el móvil del crimen fue puramente económico ya que el ahora detenido debía al empresario 4.000 euros en concepto de alquiler de furgonetas, según los investigadores.
El juez ha ordenado su ingreso en prisión y ha decretado el secreto de las investigaciones emprendidas por los grupos de Homicidios de la Comandancia de Madrid y de Toledo.
Muy familiar.
Javier Parla García, casado y con una hija de cuatro años, desapareció el pasado día 23 de noviembre. Salió de su casa en dirección a Yuncos para cobrar una deuda de 4.000 euros a un cliente. Ese día tampoco llegó a una comida con un amigo. Parla era un hombre muy familiar que estaba en contacto permanente con su mujer por lo que desde un primer momento se desataron todas las alarmas. No obstante, en principio se temió que podría estar involucrado en algún accidente. También se descartó la teoría del secuestro ya que la familia no había recibido ninguna llamada y tampoco había tráfico de llamadas en la línea de su teléfono móvil.
Pero a los pocos días fue hallado su coche Mercedes en la calle de Salvador Dalí, en Illescas, donde Parla tiene su empresa, Jamacar. Los agentes de Policía Científica inspeccionaron al detalle el vehículo pero no se halló ningún indicio que hiciese pensar que había sido asesinado. Al mismo tiempo se descubrió que no se habían producido movimientos en las cuentas bancarias del desaparecido.
Durante varios días la Guardia Civil peinó Yuncos y los pueblos de alrededor en busca del empresario. El rastreo fue inútil.
El domingo 17 de diciembre era hallado el cadáver con signos externos de violencia en un paraje de la localidad de Yuncos conocido como Arroyo Valcaliente. El cuerpo tenía dos tiros de escopeta de caza y estaba casi calcinado y completamente desfigurado. Fue encontrado por los galgos de unos cazadores entre unas zarzas.
Desde un principio se sospechó que el cuerpo correspondía al del empresario, ya que la familia reconoció entre los restos la ropa que llevaba Javier Parla el día de su desaparición.
Inmediatamente se hizo cargo de la investigación el Grupo de Homicidios de la Comandancia de Madrid y su homónimo de la Comandancia de Toledo, realizando la inspección ocular en el lugar en donde apareció el cuerpo. Allí se recogieron los primeros indicios para la investigación. Se descubrió entonces que el empresario fue asesinado por la espalda y que posteriormente fue quemado en el lugar donde se halló su cuerpo.
A los cuatro días las pruebas de ADN confirmaron la identidad de la víctima. También se averiguó que Parla había muerto el mismo día de su desaparición.
Los agentes comenzaron las pesquisas con la reconstrucción de las últimas horas de su vida. A partir de ese momento la investigación se centró en la persona de J. M. A., de 32 años de edad y sin antecedentes policiales, quien mantenía deudas económicas con la víctima a las cuales no podía hacer frente con inmediatez.
Por el motivo anterior el ahora detenido presuntamente le disparó en dos ocasiones con una escopeta de caza ocasionándole la muerte, trasladando posteriormente el cadáver a un paraje de la localidad de Yuncos, donde le prendió fuego.
Los agentes de la Guardia Civil han realizado sendos registros domiciliarios en la residencia del detenido y de su familia. Se han requisado varias escopetas de caza que han sido remitidas al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para su estudio. Se trata de confirmar si son las empleadas para acabar con la vida del empresario. También se ha encontrado en su casa ropa que se sospecha pudo llevar el presunto homicida el mismo día del crimen. Por esto, también se han remitido a los laboratorios de la Guardia Civil para deducir si tienen manchas de sangre o algún resto biológicos del fallecido.
Parientes desconcertados.
La familia del empresario está totalmente desconcertada. No entienden cómo alguien es capaz de matar a una persona por una deuda de 4.000 euros.
Parla ha vivido en el municipio de Pinto toda su vida. Durante varios años regentó un restaurante en un polígono industrial cercano a la localidad del sur de Madrid. Luego se hizo asentador de marisco congelado. Sólo llevaba cinco meses con la empresa de alquiler de furgonetas. Su trabajo consistía en coordinar las oficinas que tenía Jamacar en Móstoles y en Illescas.