En concreto, 27 de los 68 muertos que viajaban en turismos no hacían uso de este accesorio. Esto representa un claro empeoramiento respecto a las navidades pasadas, cuando el porcentaje de muertos sin cinturón fue de un 34%.

De forma paralela, un 40% de los usuarios de ciclomotores fallecidos -el mismo porcentaje que hace un año- tampoco hacía uso del preceptivo casco cuando se produjo el accidente que le costó la vida.

El mejor en 18 años

A pesar de esta aparente despreocupación, las pasadas navidades registraron el menor número de muertos de los últimos 18 años, cuando comenzaron a elaborarse estadísticas sobre la siniestralidad vial en España.

La tragedia que supone la muerte de 114 personas -cada fallecimiento es un drama que afecta a una media de 10 personas, según datos de la Fiscalía de Seguridad Vial-, palidece cuando se compara esta cifra con las registradas en las navidades de los años 1988-1989 y 1989-1990. En ambos casos 317 personas perdieron la vida, casi el triple que en las pasadas fiestas.

De hecho, 1992-1993 fue la primera ocasión en que el balance de víctimas mortales cayó por debajo de los 300 muertos. Y hubo que esperar hasta fecha tan reciente como las navidades de 2003-2004 para que el cómputo de fallecidos se estabilizase por debajo de los 200.

Los datos suministrados por la DGT también permiten observar que la mayor parte de los accidentes -casi el 72% del total- se registró en las carreteras secundarias, donde perdieron la vida 82 de las 114 víctimas mortales de las pasadas navidades.

Resulta llamativo el crecimiento del número de fallecidos en siniestros producidos en las autopistas, un total de 15 personas, un 40% más que un año antes. Sin embargo, descendió en un 57% el de muertos en percances que tuvieron lugar en la red de autovías.

Al parecer esto se debe a la menor presencia de agentes de tráfico en las autopistas, vías en las que los mejores firme y trazado, y la menor intensidad circulatoria disminuyen la percepción de peligro.

En cualquier caso, las fuentes consultadas por este periódico coincidieron en señalar una serie de factores que habrían contribuido a la inusitada disminución del número de víctimas en las fechas navideñas: 67 fallecidos menos que el año precedente.

Una de las más importantes es la mayor prudencia de los conductores, que han levantado el pie del acelerador. Por otra parte, las campañas de la DGT han conseguido que en esta ocasión un número creciente de personas haya decidido recurrir al transporte público, ante la cantidad de celebraciones y la previsible ingesta de alcohol.