Martes, 9 de enero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6232.
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El socialcristiano Edmund Stoiber recibe el apoyo unánime de la cúpula de su partido
El 'escándalo de los pinchazos telefónicos' no logra desbancarle como candidato a las elecciones bávaras de 2008 Gabriele Pauli, la dirigente espiada, había pedido un «relevo generacional»
CARLOS ALVARO ROLDAN. Corresponsal

BERLIN.- En Wildbald Kreuth, en las idílicas montañas de Baviera, durante su tradicional reunión invernal, la cúpula del Partido Socialcristiano (CSU) comió y bebió cerveza y, cómo no, apoyó sin fisuras a su presidente, el abstemio Edmund Stoiber, de 66 años.

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Como viene ocurriendo desde hace 40 años, tiempo que la CSU lleva en el poder en la llamada Italia alemana, ya llueva, granice o los escándalos surjan por doquier, los miembros del Presidium socialcristiano alemán apoyaron a Stoiber al frente de la Presidencia del partido y como candidato a las elecciones regionales de 2008.

«Estoy listo», dijo ayer Stoiber en un emotivo discurso tras recibir el beneplácito de los suyos.

Olvidado queda, al menos de cara a la galería, el escándalo originado a finales de diciembre tras descubrirse que el jefe de la oficina del primer ministro bávaro durante los últimos 30 años, Michael Höhenberger, puso en marcha un sistema de espionaje telefónico contra la gran rival de su patrón al frente de la CSU, Gabriele Pauli.

Höhenberger presentó su dimisión tras conocerse el caso a través de la prensa alemana y exoneró a Stoiber de cualquier responsabilidad. Poco después, el propio primer ministro bávaro aclaraba que el escándalo «fue obra de una sola persona dentro de mi Gabinete, que ha dejado bien claro que no me informó, ya que yo nunca lo hubiera permitido».

Gabriele Pauli, una atractiva mujer de 49 años y que suele trasladarse a sus actos políticos en una potente moto deportiva, no sólo ha desafiado a la muy conservadora y masculina cúpula de la CSU con sus minifaldas, sino que, abiertamente, ha criticado el estilo de Stoiber y ha pedido un «relevo generacional» al frente de la formación.

Esta asesora municipal de la CDU, divorciada en dos ocasiones, no ha dudado en acusar a Stoiber de estar detrás de los pinchazos telefónicos organizados por Höhenberger. Según ella, el ex asesor del primer ministro habría incluso interrogado a gente de su círculo para saber si Pauli padecía alcoholismo o si mantenía relaciones sentimentales con algún hombre.

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