ELENA ALJARILLA. Especial para EL MUNDO
BRUSELAS.-
Bruselas reaccionó ayer ante el corte energético de Bielorrusia a varios miembros de la Unión Europea con dos mensajes. A Moscú, la UE le ha pedido una explicación «urgente y detallada» sobre las causas de la interrupción de suministro, y a los miembros de la UE les pidió calma, ya que «no existe un riesgo inmediato» en el aprovisionamiento. De momento, y hasta que no se conozcan las causas y se descarten completamente problemas técnicos, Bruselas advierte de que no se puede tomar ninguna medida.
Andris Piebalgs, el comisario europeo de Energía reaccionaba así, mediante comunicado de prensa, a la situación creada tras el parón en el suministro de crudo que llega a Polonia y a la parte oeste de Alemania a través de uno de los ramales del oleoducto de Przyjazn, que pasa por Bieorrusia.
«La Comisión está siguiendo muy de cerca la situación», aseguró ayer el comisario y confirmó los cortes en Polonia y que se está evaluando la información sobre posibles impactos en el otro ramal del oleoducto que afecta a Eslovaquia y al sureste europeo. «Estoy en contacto estrecho con las autoridades polacas, alemanas, eslovacas y de otros estados miembros para evaluar el impacto de los cortes», confirmaba el comisario, así como con las autoridades rusas y bielorrusas, a quien les ha pedido «una explicación urgente y detallada de las causas de esta interrupción en el suministro».
No obstante, y aunque Piebalgs asegura que «no hay riesgo inmediato para el aprovisionamiento de crudo en la Unión Europea, Bruselas va a convocar el Grupo de Expertos sobre Abastecimiento de Petróleo a finales de esta semana para evaluar el impacto de la situación y para decidir si es necesario que los estados miembros utilicen sus reservas estratégicas para hacer frente a los cortes en el suministro. De hecho, según explicaba a la prensa Ferrán Tarradellas, portavoz del comisario, Alemania tiene reservas de petróleo para más de 130 días y Polonia para 80, ya que una derogación especial permite a este país no cumplir hasta 2009 con la normativa comunitaria que obliga a tener un stock mínimo de 90 días. Además, este mismo portavoz confirmó que la Agencia Internacional de la Energía podría aprobar el uso de las reservas estratégicas, como ya hizo en 2005 tras el huracán Katrina en EEUU.
No obstante, como algunos países de la UE no forman parte de la Agencia, la utilización de las reservas puede ser aprobada también por el grupo de expertos de los Veintisiete sobre suministro de crudo. Tarradellas también minimizó el impacto futuro que podrían tener las disputas entre Rusia y Bielorrusia, que calificó de «asunto bilateral que no tiene por qué provocar una interrupción de suministro en la UE, que debe recibir las cantidades de petróleo previstas al precio contratado».
Pero los datos son alarmantes: los dos oleoductos que atraviesan Bielorrusia cubren el 12,5% del consumo de petróleo de la UE. Además, este caso trae a la memoria la grave crisis energética de hace un año, cuando Rusia decidió interrumpir el suministro de gas a la Unión por otro desacuerdo sobre precios, en este caso con Ucrania, país por el que pasa el 80% del gas ruso que llega a Europa. Desde esa crisis, Bruselas ha convertido la seguridad del aprovisionamiento energético en una de sus prioridades, y para ello presentará mañana su nueva estrategia para hacer frente a este tipo de problemas.
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