Ya se sabe que en política ni las amistades ni las enemistades duran eternamente. Por eso no sorprende que CiU y PP estén dispuestos a pasar página a su reciente distanciamiento y a reconciliarse para vivir una luna de miel tras las elecciones municipales del próximo mayo.
Ambos partidos hicieron ayer gestos públicos dirigidos a un entendimiento.El presidente de CiU, Artur Mas, reconoció en una entrevista concedida a TV3 que su estrategia en la última campaña autonómica consistente en firmar ante notario que no pactaría con el PP pudo ser un error: «Ahora podría hacerlo de otra manera, o no», indicó.
Y el presidente del PP catalán, Josep Piqué, explicó que ha dado instrucciones a sus ediles para que prioricen los pactos con CiU en los diversos pueblos y ciudades de Cataluña tras las elecciones municipales. Piqué tiene muy claro que lo del tripartito va más allá del Palau de la Generalitat y no es coyuntural.
El líder popular piensa que si PSC, ERC e ICV-EUiA suman los concejales suficientes para gobernar en las grandes capitales pactarán y dejarán a un lado a los convergentes, aunque éstos tengan mayoría, como ya ocurrió en las recientes elecciones autonómicas.Para Piqué, sólo hay dos posibilidades: o gobierna el tripartito o lo hace el centroderecha, es decir, CiU en alianza con el PP.
Libertad a los concejales
Es muy posible que ésa sea la única manera que tengan los nacionalistas de lograr, por ejemplo, la alcaldía de Barcelona, que se les ha escapado de las manos elecciones tras elecciones durante los últimos 30 años. Sin embargo, y a pesar de haber movido ficha hacia el PP, CiU no está dispuesta a dar su brazo a torcer a la primera.
Fuentes de la federación nacionalista explicaron ayer a este diario que no tienen intención de seguir el ejemplo del PP y que darán libertad a sus concejales para que pacten con quién quieran por el bien de cada municipio. No habrá, por tanto, prioridad para aliarse con el PP.
No obstante, CiU tampoco descarta la posibilidad de que este pacto se produzca en algunas ciudades, lo que significa que ha enterrado el hacha de guerra y que en estos comicios municipales no hará promesas ante notario contra los populares.
Lo que a nadie se le escapa es que esta posible reconciliación municipal puede ser la antesala de otra mucho más trascendente.CiU puede ser una pieza clave a la hora de determinar la gobernabilidad de España tras las próximas elecciones generales que, si no se anticipan, se celebrarán en marzo del año que viene.
Tras el reciente atentado de ETA en la T-4 del aeropuerto de Barajas, el PP ha subido puntos en las encuestas y se ha situado por primera vez en esta legislatura por delante del PSOE. No obstante, esa distancia no le permitiría gobernar en solitario.Un pacto con CiU podría, por tanto, abrir a Mariano Rajoy las puertas de la Moncloa.
Fuentes del PP aseguran que los contactos todavía no se han iniciado, aunque reconocen que Piqué y Rajoy hablaron del asunto durante las Navidades. La agenda política del PP está en este momento marcada por las consecuencias del atentado. Sin embargo, los dirigentes populares tienen previsto iniciar los contactos con CiU y con otros grupos minoritarios a corto plazo, quizá en un par de semanas.
Mientras, en CiU aseguran que no ha habido conversaciones de ningún tipo y que en la agenda de Artur Mas no hay ninguna cita con Mariano Rajoy, aunque, como es natural, no se opondrían a celebrar un encuentro de estas características.
Sea como sea todavía queda un gran escollo para la reconciliación: el recurso que el PP interpuso contra el Estatut ante el Tribunal Constitucional. Piqué reiteró ayer que su partido no lo retirará de ninguna de las maneras. Fuentes de CiU se mostraron convencidas de que Rajoy se olvidará del recurso de forma inmediata en caso de que CiU tenga la llave de la gobernabilidad en España.