BARCELONA.-
El anteproyecto de ley de reforma del Institut Català de la Salut (ICS), el mismo que decayó en la anterior legislatura en el trámite parlamentario, recibió ayer la luz verde del Govern, que ha dado prioridad a esta medida para convertir a este organismo en un ente más eficaz y ágil.
La consellera de Salut, Marina Geli, destacó que la voluntad del Ejecutivo es buscar el máximo acuerdo en el Parlament para que el proyecto de ley se pueda aprobar por unanimidad, para lo que se abrirán de inmediato los contactos con todos los grupos.Geli aseguró que, con la transformación del ICS a empresa pública, «queremos demostrar que tenemos la misma capacidad de ser eficientes que el sector privado». El ICS tiene ocho hospitales y 450 centros de atención primaria. Por ello, la consellera cree que el 80 % de la población catalana podrá beneficiarse de la reforma, puesto que el ICS podrá establecer alianzas con otros proveedores públicos sanitarios, como por ejemplo para reducir las listas de espera.
En el mismo sentido positivo, Marina Geli se pronunció respecto a los cerca de 40.000 trabajadores del Institut. Según la consellera, el personal actual mantendrá sus puestos de trabajo y mejorarán sus condiciones profesionales, informa Efe.
Sin embargo, los principales sindicatos de la sanidad catalana rechazarón la transformación del ICS en una empresa pública tras conocer la aprobación del gobierno catalán del anteproyecto de ley.
El secretario general de MC, Patricio Martínez, calificó la reforma de «innecesaria», puesto que considera que «no hace falta modificar el marco legislativo vigente para hacer más eficaz el sistema sanitario». La delegada de Satse, Assumpció Vilarnau, manifestó que «la nueva gestión hace que manos privadas se enriquezcan a costa de la sanidad catalana».
CCOO y UGT se mostraron preocupados por las nuevas condiciones laborales de los trabajadores, ya que habrán tres niveles de contratación distintos. La secretaria general de CC.OO, Luisa Montes, cree que sólo incumbirá a las contrataciones futuras», lo que tendrá «repercusiones» en el «clima» de los centros sanitarios.
|