Al líder de CiU, Artur Mas, no le satisfizo el resultado de la reunión que mantuvieron el lunes el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Palacio de la Moncloa. El encuentro, previsto inicialmente para planificar la aplicación del Estatut y las comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalitat que en él se contemplan, se saldó con «vaguedades», en opinión de los nacionalistas. Por ello, porque CiU no se fía del tripartito, Mas exigió ayer a Montilla que su partido, «como primera fuerza política de Cataluña», tenga algún tipo de presencia en esas comisiones mixtas.
El líder de CiU ofreció a su partido para actuar como «garante» del estricto cumplimiento del contenido del texto, y afirmó que sería «impropio» que la federación, «que fue quien más se mojó en defensa del Estatut», no estuviera presente en esas comisiones, y, en cambio, «los que hicieron lo posible para que no saliera», en referencia a ERC, sí.
Además, criticó que Montilla acudiera a La Moncloa el mismo día que lo hizo el líder de la oposición en el Congreso, Mariano Rajoy, porque la coincidencia restaba empaque a la visita del president. En opinión de Mas, Montilla se planteó el encuentro «con sentido de partido, no de país», y para «ayudar a Zapatero a superar el momento difícil» que está pasando tras el atentado de ETA.
Mas atacó también a Montilla por volver de Madrid «casi con las manos vacías», porque, en realidad, el único compromiso que le arrancó a Zapatero el presidente de la Generalitat, el de constituir las tres comisiones -la bilateral Estado-Generalitat, la mixta para Asuntos Económicos y la de Infraestructuras- «ya se tomó el pasado julio» entre Maragall y el líder del Ejecutivo español.El presidente de CiU añadió que, tras la reunión, «no hay garantías» de que se acuerde el nuevo modelo de financiación a lo largo de 2007.
El presidente de la Generalitat, sin embargo, transmitió ayer a los consellers del Govern su «certeza» de que la financiación sí se discutirá este año. La responsable de Salut, Marina Geli, lo comunicó a los periodistas en la rueda de prensa posterior a la reunión del Ejecutivo catalán. «Por descontado, antes del 9 de febrero se creará la comisión de Asuntos Económicos, y en 2007 se hablará de la financiación. Antes de finales del mes de marzo se crearán las otras dos comisiones», dijo.
Los grupos que dan apoyo al tripartito, PSC, ERC e ICV, conincidieron ayer en recordar al Ejecutivo central que la negociación del nuevo modelo de financiación catalán debe ser «bilateral» entre el Estado y la Generalitat, y que debería culminar este mismo año, para que pudiera empezar a aplicarse en 2008.
El portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, trató de defender el papel de su partido, que pidió el no en el referéndum de aprobación del Estatut, en el nuevo escenario. Se mostró «optimista» pero sin «exagerar» -porque Montilla no consiguió arrancarle a Zapatero el compromiso de que el modelo económico se negociará en 2007- con el resultado de la reunión, y aprovechó para echar en cara a CiU y a su líder, Artur Mas, el «muy mal modelo» de financiación que, a juicio de los republicanos, establece el Estatut.
«CiU es responsable en buena parte de este mal modelo que nos ha llevado a esta indefinición, al callejón casi sin salida», afirmó Ridao, quien, sin embargo, anunció la intención de ERC de «defender hasta el final» un acuerdo «bilateral» con el Gobierno tras observar que éste «sigue sin aceptar claramente» esa naturaleza en las relaciones entre el Estado y la Generalitat.
A lo mismo se comprometió el portavoz de ICV, Jaume Bosch, que insistió en que su partido será «exigente y vigilante» para hacer cumplir el Estatut, al tiempo que alertó de que «hay sectores del PSOE a los que cuesta mucho» asumir el texto. La presidenta del grupo parlamentario del PSC, Manuela de Madre, fue la más complaciente con el encuentro entre Zapatero y Montilla.