Si la seguridad sigue siendo la principal preocupación de los barcelonenses según las encuestas incluso del propio Ayuntamiento, el alcalde Jordi Hereu se hace suyo el problema y dice querer mejorar la situación. Por este motivo aseguró ayer que pedirá un incremento de efectivos de los Mossos d'Esquadra para Barcelona cuando termine el despliegue.
«Tenemos que exigir que vengan más Mossos», admitió. «Por ahora el sistema está aguantando», señaló Hereu, quien puso de ejemplo «el incremento de servicios y la asignación de unidades a Barcelona» como soluciones a la falta de efectivos. Con todo, recordó que «en seguridad no siempre se llega» y en estos momentos «no estamos en los óptimos». Así que indicó: «Aspiro a una mejor implicación de los Mossos en el cumplimiento de la ordenanza cívica».
Cada año, desde hace 24, el alcalde de Barcelona realiza una conferencia invitado por el Colegio de Periodistas de la ciudad.En este contexto, Hereu (alcalde desde hace sólo cuatro meses) puso sobre la mesa cuáles son sus prioridades como alcalde (quedan sólo cuatro meses para las elecciones municipales).
En un ejercicio de autocrítica, el alcalde repasó, cifras en mano, la situación social de la ciudad y recordó que el 10% de los ciudadanos viven solos, porcentaje del que el 62% son mujeres, el 60% mayores y más del 60% viudas. Los números obligan a moverse, aseveró Hereu, quien apostó por reforzar los servicios de ayuda a los más desfavorecidos «para que su vida cotidiana sea menos compleja». Se logra, dijo, «con políticas más activas para afrontar estos retos». Algo más concreto en este sentido es lo que él llamó «primera ventana», que no es más que convertir cada barrio en principal punto de partida para solicitar ayudas sociales.«Nos tendremos que readaptar», alertó a su auditorio, abarrotado de mandos socialistas, como el conseller de Educació, Ernest Maragall. A él se dirigió para recordarle que «no nos podemos permitir» que el fracaso escolar sea del 30%. Pero no sólo el Maragall más joven se había acercado hasta el lugar de la conferencia, trasladada este año al Colegio de Arquitectos por cuestiones de espacio. Allí estaban todos los concejales del equipo de Gobierno municipal, el presidente de CiU en Barcelona (Xavier Trias), el presidente de la Diputació (Celestino Corbacho), hasta el delegado del Gobierno (Joan Rangel), al delegado del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca (Manuel Royes). Sólo faltó el presidente de la Generalitat, José Montilla, que quizás no quiso robar protagonismo a su nuevo compañero de plaza Sant Jaume.
Sin 'gesticulación política'
Pocas han sido las veces que un alcalde de Barcelona ha logrado un llenazo como el de ayer en el Colegio de Arquitectos de Barcelona.Lo recordaban allí los más veteranos, admirados por la capacidad de convocatoria de un político al que muchos veían escondido tras la gestión y que arrancó ayer más risas y aplausos de los que soñó jamás su antecesor. Y es que mientras Joan Clos se reía solo de sus bromas, Jordi Hereu parece haber nacido para hablar ante grandes auditorios. Aunque eso sí, si la mitad del personal es de tu propio partido, la cosa siempre es más fácil. Porque ayer, en el edificio de la plaza Catedral era más fácil contar a los que no estaban que a los que estaban. Y, mientras, Hereu se atrevió con todos los registros. Desde la recitación -«aburrida», asumió- de cifras económicas, hasta de las cuestiones más conflictivas de la gestión municipal. Y todo regado con bromas. «¿Cuál es el 'modelo Hereu'?», preguntaba un periodista, «la palabra me recuerda a la 'fórmula Fernández'», rió el alcalde refiriéndose a una de las frases preferidas del líder de la oposición, Alberto Fernández Díaz. Dice Hereu que no le gusta la «gesticulación política». Y ayer lo dejó claro en un acto en el que por primera vez había aceptado ser preguntado por quienes le habían invitado: los periodistas.