Por un lado, el deseo del técnico holandés de que un equipo que no supo pasar del empate en el Alfonso Pérez demuestre que puede ganar, y con comodidad, sin dos de sus cracks más decisivos.Por otro, demostrarles a los dos que no son imprescindibles y que licencias como la de hace una semana, llegar tarde a los entrenamientos, siempre tienen su consecuencia, si bien también es cierto que, en este caso, tal vez jugar sería mayor castigo.

Y, además, tampoco se puede olvidar que el sábado toca derbi, ante un Espanyol herido por su última derrota y con un Barcelona que no puede permitirse demasiados traspiés en una Liga tan competida como la española si desea realmente revalidar el título. Según Rijkaard, ninguna de las premisas anteriores acaba de ser del todo correcta.

«Ellos ahora tienen su propio programa de entrenamiento y me parece bien que se preparen para los partidos que vienen», se limitó a señalar Rijkaard crípticamente. Tanto Deco como Ronaldinho se entrenarán esta mañana con los lesionados, pero sin Eto'o, que no se incorporará al trabajo con el resto hasta el próximo lunes. Eso sí, aseguró que esta medida no es ningún castigo: «No tiene nada que ver con eso, sólo quiero que estén en la mejor forma».

Tampoco el partido es una segunda oportunidad para los que fallaron en Getafe: «Yo no lo veo de este modo, y no sería honesto que lo pensara porque, aunque desafortunadamente en Getafe tuvimos algunas bajas, con toda la plantilla completa podría haber pasado lo mismo, ya que hay partidos que son así». Rijkaard no cree que esta sea la noche más propicia para que el Barça recupere su mejor imagen. Todo depende de cómo se lo tomen sus futbolistas: «Hay partidos en los que de antemano sabes que hay que sufrir y por eso es muy importante la mentalidad del equipo. Si la mentalidad está bien, a menudo la calidad puede marcar la diferencia».

Rijkaard recupera a Motta, que ya ha superado el proceso gripal que ha estado atravesando en los últimos días, y presentará una alineación con las más que presumibles novedades de Jorquera en la portería y Saviola en punta, mientras que Gio cumpliría con el habitual relevo con Sylvinho en el lateral zurdo de la defensa.

El Alavés, mientras, no está atravesando precisamente un momento dulce. Las aguas bajan mucho más que revueltas en Mendizorroza, de la mano del siempre polémico Dimitri Piterman, dueño de la entidad futbolística. El multimillonario ucraniano tal vez confía en que el relevo de entrenador pueda ser un revulsivo a la hora de enfrentarse al Barcelona en la Copa. Por eso, anunció el pasado lunes la contratación de un nuevo técnico, Fabricio González, Fabri. Una figura testimonial en sus proyectos. Según insinuó, se limitará a poner el carné de entrenador. «Viene a sumar, no a restar», proclamó el dirigente en su presentación.

La afición alavesa, además, podría plasmar su malestar con la dirección del equipo mediante un plante, dejando la grada prácticamente desierta. Las bajas de Deco y Ronaldinho podrían acabar de convencer a los seguidores del Alavés de tomar tan drástica reacción. Fabri, el nuevo entrenador del conjunto blanquiazul, prefiere pensar en la Liga, una competición en la que su equipo está sólo a tres puntos del descenso a Segunda B.