Para la Fundació Francisco Godia, este año 2007 va a ser un año de despedida, porque en 2008 se mudará a su nueva sede, la Casa Garriga i Nogués. El inmueble entero se está rehabilitando bajo las órdenes del arquitecto Jordi Garcés para albergar un hotel de la cadena High Tech, el restaurante comandado por el chef Miguel Sánchez Romera y el futuro hogar de la fundación, que podrá ampliar así la exposición de su colección permanente, alimentada principalmente por arte medieval y modernista y cerámica española.
Antes de llegar a la calle Diputació, 250, la Fundació Godia aún tiene tiempo de programar dos exposiciones este año en su casa actual, una sobre el arte del siglo XX y otra dedicada a Miquel Barceló, con obras que pertenecen a colecciones privadas y que nunca antes se habían expuesto.
Jordi Garcés guió ayer a los periodistas por la futura sede de la Fundació Francisco Godia, que ocupará la planta baja del edificio, el piso principal y los sótanos, a modo de almacén. Con un total de 1.900 metros cuadrados -1.500 más que la actual sede, en la calle València-, la futura casa de la fundación podrá exponer una amplia muestra de la colección, en la que también hay piezas del Barroco y del siglo XX.
Con unos suelos espléndidos de mosaico de piedra y unos techos trabajados en madera o con bellas ornamentaciones en estuco, el piso principal conservará tras la intervención toda su majestuosidad.«Se respetará la distribución de salas encadenadas que tiene ahora», explicó el arquitecto. Será en el piso principal donde se muestre la colección permanente, mientras que en la planta baja, a pie de calle, estarán las oficinas de la fundación y un espacio de 280 metros cuadrados destinados a las exposiciones temporales.
Está previsto que la nueva sede se abra al público a mediados de 2008, aunque las obras finalizarán a finales de 2007, según avanzó el arquitecto. Durante el primer año de vida en la Casa Garriga i Nogués, la fundación sólo expondrá su colección permanente y más adelante se programarán las muestras temporales.
Sara Puig, directora de la Fundació Francisco Godia, detalló las dos exposiciones que se han programado para la última temporada de la fundación en la sede actual, en la calle València. Antes de dar el salto a la finca modernista, la fundación acogerá la exposición De Fortuny a Barceló. Coleccionismo de la generación Francisco Godia, que reúne más de medio centenar de piezas de artistas como Fortuny, Picasso, Sorolla, Mir, Anglada-Camarasa, Tàpies, Barceló o Plensa, procedentes de coleccionistas amigos de Godia o vinculados a su fundación.
También como un repaso al arte español del siglo XX se proyecta la exposición Miquel Barceló en las colecciones privadas, que se inaugurará en octubre. La muestra ofrecerá una nueva visión de la obra del artista mallorquín, puesto que algunas de las piezas que se van a exponer nunca han sido vistas en público.
Sara Puig también destacó de la programación de 2007 con especial satisfacción la itinerancia de la muestra El esplendor de la cerámica española en la colección de la Fundación Francisco Godia, que recalará en Pontevedra y Lugo para acabar su recorrido en el Museo Nacional de Cerámica de Valencia.
Una casa con historia
La Casa Garriga i Nogués es un edificio modernista de viviendas que construyó el arquitecto Enric Sagnier por encargo del financiero Ruper Garriga. En 1905, la familia Garriga-Nogués se instaló a vivir en el piso principal, al que se accede por una majestuosa escalinata de mármol desde la entrada. Los inquilinos de los otros pisos usaban otra escalera. Los Garriga-Nogués habitaron el piso hasta 1936 y en los años 40 el inmueble se convirtió en un colegio público. En 1983, Enciclopèdia Catalana compró el edificio y utilizó las estancias y los pisos como oficinas.Ahora en esta casa, en cuya fachada hay esculturas de Eusebi Arnau, descansarán las principales obras de la colección de Francisco Godia, fallecido en 1990.