El Real Madrid, con Fabio Capello al frente, ha decidido apuntar a la cabeza de sus jugadores para mantenerles a raya en plena crisis. El órdago podría ser aún más grande si el club decide llevar a cabo la idea que estudia desde la última derrota, el pasado domingo en Riazor; más concretamente, a partir de las quejas del técnico italiano sobre ciertos comportamientos.
Los futbolistas del primer equipo podrían ser vigilados por las noches a raíz de las denuncias que el técnico ha realizado sobre las salidas festivas de algunos de ellos. Ha sido el propio club el que ha filtrado en los últimos días algunas de estas quejas, las cuales dejaban caer que varios futbolistas han llegado a los entrenamientos «oliendo a alcohol». Ni que decir tiene que estas filtraciones han sentado muy mal en el vestuario y han sido consideradas «exageradas» y «malintencionadas» por varios jugadores, que considerarían «desproporcionada» una medida de ese calibre.
Algunos directivos entienden que la vigilancia nocturna es la mejor medida disuasoria para evitar que los futbolistas salgan de sus domicilios. Por supuesto, no afectaría para las noches previas a las jornadas de descanso. De momento, el equipo no tendrá un día de asueto hasta el 22 de enero, como mínimo.
El propio Capello, del que no ha partido esta idea, no la vería nada mal. De hecho, en el fútbol italiano es una práctica habitual en los clubes, y eso que las veladas en Italia son mucho menos agitadas que en España, e incomparables con la noche madrileña.
Por mucho que el Madrid llevara a cabo esta práctica jamás le pondría tanto celo como cualquier club de la Premier League, verdaderos expertos en marcaje al hombre. Como es conocido, el problema de las salidas nocturnas de los futbolistas ingleses ha llevado en muchas ocasiones a los clubes hasta los juzgados. De hecho, muchos de los equipos tienen en sus organigramas a detectives privados.
La medida que manejan algunos directivos del Madrid no es nueva. Hace muchos años que cíclicamente, coincidiendo especialmente con las crisis deportivas, los jugadores son vigilados por las noches.
Hay futbolistas notables en la historia del club blanco que recibieron un tratamiento peculiar en este sentido. El inglés Laurie Cunningham, que dejó un grato recuerdo, especialmente por un partido suyo en el Camp Nou en la temporada 1979-80, llegó a volver locos a algunos empleados del club. Conocido el cariño del rápido extremo zurdo por la noche de Madrid, se tomó la decisión de llevarle todas las tardes hasta su domicilio, cerrarle la puerta por fuera con llave y abrirle a la mañana siguiente para trasladarle al entrenamiento. Un día, el empleado de turno se encontró con un enorme agujero en la pared por el que el jugador se había escapado a una discoteca cercana. Robert Prosinecki, por el que el Madrid de Ramón Mendoza pagó muchos millones de pesetas a comienzos de los años 90 al Estrella Roja, también fue vigilado por el club. No sirvió de mucho.
Irónicamente, durante la anterior etapa de Capello en el Madrid, la campaña 1996-97, varios jugadores fueron espiados. Uno de ellos fue el que hoy es director deportivo, Pedja Mijatovic.
Así pues, la medida de la vigilancia nocturna no es novedosa. De hecho, Fernando Martín, primer sucesor de Florentino Pérez en la presidencia del club, anunció en su discurso de presentación, el pasado 2 de marzo, que entre sus planes estaba la creación de algo que él llamó «una comisión independiente», que debería encargarse de valorar a los jugadores no sólo por su rendimiento dentro del campo, sino por «la ejemplaridad de su conducta personal».
«El Real Madrid no puede ser un club de millonarios, sino de deportistas, de maravillosos deportistas que se dejan la piel en el campo y que subordinan su vida entera, 24 horas al día, a conseguir un estado físico perfecto», dijo entonces Martín en su primer mensaje a la plantilla. El sentido de aquel mensaje retoma hoy fuerza, pero desde el vestuario se lanza otro: «Se nos quiere culpar, pero los jugadores del Madrid salimos lo mismo que cuando ganamos las tres últimas Copas de Europa».