LUCAS SAEZ-BRAVO
REAL MADRID 77
UNICS KAZAN 61
Tunceri (6)
Bullock (12)
Tomas (10)
F. Reyes (6)
Sonseca (10)
Nguema (-)
s.c.
Raúl López (3)
Smith (17)
Hervelle (13)
Varda (-)
s.c.
Samoylenko (2)
Stevenson (5)
Stombergas (2)
Meshchenr. (9)
D. Lavrinovic (13)
Chikalkin (7)
Savanovic (14)
Cleaves (2)
K. Lavrinovic (7)
Panin (-)
s.c.
Arbitros: Facchini, Mantyla y Ozols
PALACIO VISTALEGRE. 7.000 PERSONAS (MEDIA).
Eliminados: Stombergas (min. 26).
MADRID.- Cuando no queda otra cosa, cuando todo son adversidades, la casta no es mal refugio para después prosperar. El Real Madrid vio las alarmas en el primer cuarto, en el que sólo fue capaz de hacer 11 puntos a un también bloqueado Unics Kazan. A partir de ahí y con la entrada de Raúl López en cancha -¿casualidad?- después de unas semanas lesionado en un tobillo, tiró de rabia para, no sólo obtener la victoria, sino también para alcanzar la renta necesaria y auparse al primer puesto de su grupo de la Copa ULEB, a una jornada del final de la primera fase (el próximo martes se mide al débil Dexia Mons).
El base catalán pronto contagió su alegría al partido. De nuevo con sus intangibles y con la colaboración anotadora de Charles Smith y Bullock, el Real Madrid tomó el mando para no soltarlo nunca. Ni siquiera la dolorosa lesión de rodilla de Ratko Varda -muy mala pinta- amedrentó a los pupilos de Joan Plaza. Felipe Reyes y Hervelle parecieron gigantes al lado de los gemelos Lavrinovic. Mención especial merece Eduardo Hernández-Sonseca, que ayer mostró lo que de él se espera, con una excelente actitud. Por parte rusa, el maleducado Stombergas se borró como un juvenil y sólo el serbio Savanovic confirmó el prestigio de este equipo, que hace unos días doblegó al CSKA de Moscú en la competición doméstica.
Justo antes de llegar al descanso comenzó el Madrid a labrar el desquiciamiento del rival. Un par de triples de Bullock y Tunceri -que finalmente fue de la partida, pese a unas molestias físicas- llevaron la ventaja local hasta los nueve puntos (39-30) en lo que había parecido un igualado primer acto.
En la segunda mitad los de Joan Plaza acudieron a la revolución para sentenciar. Se bastaron del alocamiento del choque, la superioridad en el rebote y de la inspiración a rachas de Charles Smith para no pasar ni un apuro y de paso enterrar el mito del grupo dirigido por Antanas Sireika. Si éste era el rival más fuerte del conjunto blanco de cara al título de la Copa ULEB, muy mal se le tiene que dar al Real Madrid para no alzar al menos un título esta temporada.
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