CARMEN LLORENTE
La Bolsa de Caracas se desplomó ayer un 18,6%, la mayor caída desde que Hugo Chávez ganó las elecciones en 1998, tras anunciar la nacionalización de la mayor compañía de telecomunicaciones del país y las empresas energéticas.
La compañía venezolana de telefonía CANTV se derrumbó un 35% a la apertura de Wall Street, y cerró con una caída del 30% en la plazas de valores de Caracas, por lo que las autoridades bursátiles decidieron suspender por 48 horas su cotización. También ha sido excluida temporalmente de negociación Electricidad de Caracas, EDC, tras desplomarse un 20%.
Por la mañana, la Bolsa española intentó obviar el anuncio de nacionalización en Venezuela lanzado el lunes por la noche. Telefónica, pese a que tiene el 7% del capital de CANTV, abrió la sesión con avances del 1%, mientras que el Ibex 35 acariciaba los máximos históricos por encima de 14.400 puntos.
Sin embargo, con la apertura de los mercados americanos, el Ibex se vino abajo. Las ganancias de Telefónica se evaporaron y terminó la sesión con una caída del 0,7%. Repsol, pese a que anunció que las medidas de nacionalización en Venezuela no la afectan, llegó a caer cerca del 3%, aunque al final de la jornada redujo la bajada al 1,85%. El efecto contagio se extendió a los dos grandes bancos españoles, ante un posterior anuncio de que también pueden entrar dentro del plan de nacionalización. Santander, tras una mañana de sólidos avances, cerró en tablas, mientras que BBVA redujo su ganancia al 0,3%.
El resultado fue que el Ibex concluyó la jornada con un retroceso del 0,08%, mientras que las plazas europeas cerraron en positivo. «El anuncio de nacionalización ha puesto muy nerviosos a los inversores internacionales, quienes no han dudado un minuto de salir corriendo de la Bolsa y el mercado de deuda», afirma Urban Larson, gestor de F&C Investment.
La Bolsa de Caracas arrastró en su caída a todas las plazas latinoamericanas. El Indice Merval de Buenos Aires cedió un 2,5%; y el Bovespa de Brasil, un 2%.
Los inversores temen que las medidas planeadas en Venezuela puedan trasladarse a otros países latinoamericanos, de ahí la huida de los inversores de la región. Y siempre que la inestabilidad sacude a Latinoamérica tiene eco en la Bolsa de Madrid, ya que las principales empresas españolas tienen fuertes intereses en la región.
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