PATRICIA DEL GALLO. Corresponsal
OVIEDO.-
«Presa del pánico». Así afirmó actuar el joven venezolano Nilo José R. N. cuando atropelló la madrugada del 9 de noviembre de 2002 a 32 personas que se encontraban en una calle del casco antiguo de Oviedo. Por eso, cuando sintió el primer impacto de un peatón en la carrocería de su coche, decidió acelerar en lugar de parar a prestar socorro. «Si lo hubiera hecho», aseguró ayer en la primera jornada del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial, «ya no estaría aquí, me hubieran enviado en una caja para mi país».
Nilo, de 35 años, afirmó que en ningún momento fue consciente de que «estaba atropellando a nadie» y que lo único que pretendía era huir del lugar. Según reconoció, unas 30 o 40 personas le increparon y le persiguieron por la calle para «matarlo» después de cantar con unos conocidos el himno del Sporting de Gijón en un bar de la zona del casco antiguo de Oviedo. Aseguró que le dieron patadas, aunque en ningún momento visitó a un médico. Cuando logró salir de la pelea, él y sus acompañantes decidieron coger el coche y emprender la huida por las calles peatonales de la ciudad, aunque «lo hice en zig-zag para evitar atropellar a la gente», aseveró.
También reconoció que aquella noche había bebido cinco copas de ron y dos chupitos de tequila, aunque matizó que, a su juicio, «estaba en condiciones para conducir». En el momento del atropello, Nilo iba con otras tres personas más. Recordó que la zona se convirtió en un caos, con gente corriendo tras su coche, un Chrysler PT Cruiser nuevo que quedó totalmente salpicado de sangre y abollado por los impactos de los peatones. Tras el atropello múltiple, se inició una persecución policial desde Oviedo que terminó en Gijón con la detención del joven. Ayer, Nilo aseguró que al ver las luces del coche policial «blanco y rojo de Gijón» que le esperaban, se tranquilizó.
Las pruebas de alcoholemia arrojaron un resultado de 0,61 miligramos de alcohol por litro de aire espirado -más del doble del máximo permitido-. Según los policías que le detuvieron, Nilo estaba con el torso al aire, ya que le habían roto la camisa durante la pelea en Oviedo.
Los hechos ocurrieron a altas horas de la madrugada, cuando la calle Mon de la capital asturiana estaba llena de gente. Cuatro años después aún no se sabe con exactitud cuánta gente fue arrollada. Algunos han tenido que someterse a numerosas intervenciones quirúrgicas.
El fiscal pide para Nilo ocho años y ocho meses de cárcel, una multa de 3.240 euros y la retirada del carné de conducir durante 10 años. En cuanto a las responsabilidades civiles, la mayoría de las víctimas ya ha alcanzado un acuerdo con la compañía aseguradora del acusado. El abogado de la defensa pide la libre absolución.
|