La mayoría de los madrileños (un 64,3%) cree que el resultado de la reforma de la M-30 compensará las molestias que se han producido y se siguen sufriendo, según el Barómetro Municipal de Consumo, realizado en octubre de 2006.
Sólo seis meses antes, en marzo del año pasado, el apoyo a las obras entre la población era de más del 68%, cuatro puntos por encima de los que se muestran ahora optimistas. Al mismo tiempo, se duplican los que ya no saben qué pensar y que no se atreven a decir si compensará, o no, tanta excavadora en su ciudad, pasando del 5% (en marzo) al 12,7% (en octubre).
A finales de 2006, los más escépticos son las mujeres, los parados y los madrileños con estudios superiores, llegando al 28,9% de este grupo los que consideran que el soterramiento de la M-30 no va a pagar el sufrimiento de tantas obras.
Otro de los aspectos más polémicos de la reforma ha sido su coste. Uno de cada tres madrileños considera que el gasto ha sido más que excesivo para lo que va a suponer la obra, mientras que el 45% cree que la factura está justificada. Uno de cada cinco encuestados no sabe qué contestar.
Los más críticos con los casi 6.000 millones de deuda que arrastrará el Ayuntamiento por la reforma de la circunvalación son los parados (un 45% de los encuestados que no tiene trabajo valora muy negativamente esta inversión).
En un fragmento parecido, y de la misma opinión (demasiado dinero), se sitúan los madrileños de entre 30 y 64 años, casi un 40% dice que son muchos euros.
Sin embargo, el 59,5% de los madrileños cree que la reforma de la M-30 ha sido una acción de mucha o bastante importancia para la ciudad frente a uno de cada tres, que considera que las obras tendrán poca o ninguna trascendencia. En esta pregunta, son los hombres los que le conceden mayor repercusión (un 64% frente al 55% de mujeres).
En cuanto a la necesidad o no que tenía la ciudad de llenarse de zanjas, uno de cada 10 madrileños de entre 30 y 64 años dice que no había porqué y uno de cada cuatro jóvenes de menos de 29 años, que había poca necesidad de hacerlo, siendo este grupo el más crítico.
Respecto a los túneles que soterrarán la circunvalación a la altura del Manzanares, el 63% de la población asegura que contribuirán mucho o bastante a agilizar la conexión entre diferentes zonas de la ciudad y un 53%, que servirán para liberar el tráfico en el centro.
La mitad de los madrileños espera que cuando esté terminada se reduzca el tiempo de viaje, un 40%, que se ahorre combustible y un 43%, que baje la contaminación atmosférica y acústica.
En el punto en el que se acercan las opiniones es en si las obras colocarán a Madrid al nivel de otras capitales europeas: el 48,5% opina que sí y un 32,4%, que no. El pesimismo se apodera de los madrileños de menos de 44 años, que consideran que ni con una M-30 reformada Madrid subirá posiciones en la UE.
La obra arrasa cuando se habla de su vertiente más verde. Como recuperadora de zonas deterioradas, parques y espacios deportivos, el 76% opina que será muy positiva en este sentido.