Ha sido un fabricante relativamente pequeño, de la provincia de Hunan, al norte del país, el que ha hecho historia al conseguir ser la primera marca china de automóviles que expone en el Salón de Detroit.
El año pasado, Geely había enviado algunos coches que fueron expuestos en el pasillo de entrada al salón, pero no dentro del recinto. Y este año, otro fabricante, Zhongxing Auto, expuso un par de modelos en un hotel próximo al Cobo, centro de exposiciones en el que se celebra la muestra.
Pero sólo Chanfeng, que hasta ahora ha estado fabricando viejos modelos de todoterreno de Mitsubishi, ha conseguido ser admitido como exhibidor. Y lo que ha mostrado han sido dos todoterrenos, uno pequeño y otro grande, y una camioneta 'pick-up'.
De todas maneras, nadie considera que el desembarco de los fabricantes chinos de automóviles sea algo inminente. En primer lugar, porque todavía tienen que lograr la puesta a punto de sus motores, para que consigan superar los controles anticontaminación y emisiones. Algunos especialistas europeos ya están ofreciendo sus servicios para que lo puedan lograr.
También se debe mejorar su seguridad activa y pasiva, especialmente ahora, que Estados Unidos va a endurecer los requerimientos, para acercarlos a los europeos.
Pero sintomático es que Saic, el más importante fabricante chino de vehículos, haya decidido retrasar la exportación de sus coches -el Rover 75- hasta finales de 2009 o 2010. Sólo Brilliance ha decidido enviar algunos miles de unidades a Alemania para intentar iniciar la venta de su modelo Grandeur tras haber firmado a finales de 2006 un acuerdo con HSO Motors Europa para vender 150.000 unidades en el plazo de cinco años.
Pero hay que recordar que en septiembre de 2005, con ocasión del Salón de Francfort, esta compañía china ya anunció que con Euro Motors, otro importador y distribuidor con sede en Gibraltar, iba a vender entre 30.000 y 40.000 coches en Europa durante 2006. Algo que, por el momento, no se ha producido.
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