Cuatro nuevos reales decretos del Gobierno han avivado las llamas que provoca en Cataluña la enseñanza del castellano en la escuela. El Ministerio de Educación insiste ahora en la exigencia de que el hecho de impartir la asignatura de Estructuras Lingüísticas en catalán se garantice, también en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), que ello no va en perjuicio de las horas dedicadas a la lengua y literatura españolas. El portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, se escandalizó ayer por la medida, y pidió la comparecencia en el Parlament del conseller d'Educació, Ernest Maragall.
Los decretos, tras el de Primaria, por los que el Gobierno regula las enseñanzas de la ESO, la Infantil, la Formación Profesional y las de idiomas de régimen especial (Escuelas Oficiales de Idiomas) vuelven a obligar a las Comunidades Autónomas con lengua propia a no quitar horas al castellano.
A efectos prácticos, se demostró que en Primaria el texto del Ministerio suponía aumentar de dos a tres las horas semanales de clase en castellano. Tras ser asesorada por su gabinete jurídico, la Generalitat decidió presentar un requerimiento de incompetencia al Gobierno central. Se espera una respuesta para los próximos días.
Puig habló ayer de «cuatro nuevos misiles» contra «el modelo educativo y lingüístico» de la Generalitat, y pidió la comparecencia de Ernest Maragall. Precisamente, el conseller d'Educació se reunirá hoy en Madrid con la ministra Mercedes Cabrera para tratar la situación, en la que el principal partido del Govern, el PSC, se halla bajo fuego cruzado. Por un lado, la aparición de Ciutadans en el Parlament es un toque de atención que le obliga a preocuparse por sus electores menos concernidos por cuestiones identitarias.Por otro, la asociación de los socialistas con ERC en el tripartito les aconseja no dar la imagen de que el Ejecutivo central invade competencias catalanas sin oposición de la Generalitat. Y más en una materia tan sensible como el idioma en la escuela.
A sabiendas de esas servidumbres, CiU centró su ataque precisamente en que, en su opinión, los nuevos decretos del Gobierno suponen una «reiterada invasión de competencias» que el Ejecutivo de José Montilla «permite». En la comparecencia parlamentaria que la federación pidió, Puig espera que Maragall justifique la «dejadez» y la «absoluta entrega» de la Generalitat en ese sentido, y llegó a decir ayer que las nuevas órdenes del Ministerio de Educación «harían innecesaria» una ley educativa catalana.
El portavoz de CiU también echó en cara a Montilla que «ni siquiera aludiera» al aumento de horas de castellano en la escuela en la reunión que mantuvo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado lunes.
La respuesta de la portavoz adjunta del PSC no se hizo esperar.Tras recordar a CiU la reunión prevista para hoy entre Cabrera y Maragall, Carme Figueras aseguró que el modelo educativo catalán, basado en la llamada inmersión lingüística, «se mantiene y no peligra», y desveló que Educació estudia los nuevos decretos y «actuará en consecuencia» si invaden competencias. Sin embargo, admitió que la «inercia» en ese sentido del «aparato estatal» se tiene que «limar». «Aunque esto no se arregla de un día para otro», añadió Figueras.
Quién sí se mostró favorable a las tesis del Gobierno central fue el Partido Popular. Su portavoz parlamentario, Francesc Vendrell, hizo una encendida defensa del hecho que los alumnos sean competentes no sólo en castellano y catalán, sino también en algún idioma extranjero, y achacó las críticas de CiU a los decretos del Ejecutivo a un «nacionalismo pasado de moda».
Vendrell recurrió a la experiencia personal de sus hijas, «que saben perfectamente inglés, catalán y castellano por haber estudiado en América, Cataluña y Madrid», para afirmar que no entiende «por qué se quiere privar a la gente de eso». «¿En virtud de qué lenguas propias se pueden impedir derechos esenciales? Me gustaría que los señores de CiU me lo explicasen un día con calma», dijo.
El portavoz del PP añadió, a favor del real decreto del Gobierno para Primaria, que «todos sabemos que con dos horas a la semana del idioma que sea no se aprende esa lengua», y apuntó que si el Ejecutivo hubiese propuesto un incremento del tiempo dedicado a la enseñanza del inglés «los nacionalistas no habrían puesto ningún problema». También afirmó que, «aunque también es lengua oficial en Cataluña, el castellano está en inferioridad de condiciones» en este ámbito. «Y no puedo entender por qué», concluyó.