Después de ejercer de El malo de la película por medio mundo, incluyendo el otro lado del charco, Albert Pla vuelve con su última propuesta a un escenario barcelonés. Será, nada menos, que al del Auditori, donde en compañía de Judit Farrés presentará, desde mañana y hasta el próximo 20 de enero, el espectáculo audiovisual que ya trajo a la pasada edición del Grec.
En El malo de la película, montaje que aúna cine, teatro y música, el cantautor de Sabadell se mete en la piel de un inescrupuloso abogado que ultima los detalles para transformar una idílica zona rural en un polígono industrial.
«Desde que lo presentamos en el Grec, ha ido cambiando. En Centroamérica lo hicimos de una manera y en Argentina, de otra», cuenta el artista, que no duda en identificarse con el personaje al que da vida. «Me gusta hacer de malo y hacer sufrir al bueno», afirma el cantautor, que también cree que, dada su temática, la propuesta no tiene problemas para conectar con cualquier audiencia.
«La gente se identifica fácilmente porque hijos de puta hay en todas partes. Además, todo el mundo piensa que estamos hablando del polígono que le están haciendo al lado», afirma Pla, aunque rehuye pronunciarse sobre el tema de la especulación inmobiliaria.«No tengo nada que decir al respecto, porque cuando acaben con este planeta yo ya estaré muerto».
En la práctica, El malo de la película ha significado también el debut como cineasta de Pla. «En realidad, todo empezó porque quería aprender a hacer vídeos. Empecé a hacer pruebas con un ordenador y así nació la película. Y cuando ya estaba hecha, le propusimos al Grec hacer un espectáculo con ella», recuerda.
La experiencia, en la que ha contado con la colaboración como actores -y, de paso, como asesores- de los cineastas Juanma Bajo Ulloa, Cesc Gai y Joaquín Jordà, no sólo le ha gustado sino que le gustaría repetirla, aunque de momento no hay nada previsto.
Esto sí, Pla no vacila en declararse un gran aficionado al cine.Al que se ve en casa, eso sí. «Veo de todo porque soy consumidor de E-Mule. Las únicas películas que no me gustan son las de esos actores negros haciendo de negros americanos».
Esquivo a la hora de anticipar proyectos, Albert Pla se limita a afirmar que en su futuro profesional «todos son caminos abiertos.Yo siempre tengo proyectos artísticos. Abro un cajón y salen 500. La cuestión es que se den las coincidencias para ponerlos en marcha», asegura.
De momento, y dejando a un lado la gira prevista para El malo de la película, que posiblemente se extenderá hasta finales de año, su proyecto más inmediato incluye la presentación, en el Teatre Lliure, de su último trabajo discográfico, Vida y milagros.Un disco en el que ha contado con la colaboración de Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino di Geraldo, que también le acompañarán en el escenario de Montjuïc el próximo mes de mayo.