López Alegría -acompañado por la astronauta de origen indio Sunita Williams, actualmente también en la ISS como parte de la décimo cuarta tripulación- contestó a preguntas de periodistas, en una breve conexión con la Tierra que duró 20 minutos, desde las 17.40 hasta las 18.00 (hora española).

En la Embajada estadounidense de Madrid estuvo presente durante la conexión su embajador, Eduardo Aguirre, quien saludó a los astronautas y valoró la cooperación espacial de Europa, España y Estados Unidos; y a la misma acudió también un grupo de ocho niños, de entre 11 y 13 años, de un colegio bilingüe de Alcorcón (Madrid).

Uno de ellos, Alejandro Forte, preguntó al astronauta de origen español cómo era un día cualquiera en el espacio, a lo que López Alegría contestó que «como otro cualquiera en la Tierra»: con una jornada laboral que comienza a las 6.00 horas, con trabajos varios, y que concluye para cenar, a eso de las 19,00 horas; y además el domingo y el sábado por la tarde lo tienen libre.

Desde el módulo Destiny Lab de la ISS, junto a una gran bandera española, López Alegría, de 48 años y nacido en Madrid, dijo que los experimentos científicos que realizan están centrados en el cuerpo humano y en cómo sobrevivir en un ambiente de micro-gravedad. Explicó que el objetivo es «aprovechar nuestra estancia en micro-gravedad para saber cómo vamos a reaccionar en viajes aún más largos, por ejemplo si vamos a Marte», informa Efe.

López-Alegría declaró que continuamente les suceden cosas muy divertidas, como cuando ayer mismo, su compañera Sunita Williams le preparó un café y olvidó cerrar la válvula de la pajita para beber, lo que originó una enorme burbuja, «como un melón». El astronauta madrileño dijo que espera que antes de 2010, se complete la construcción de la ISS. En cuanto a la posibilidad de que la misma sirva como base para viajes a Marte, explicó que eso es una cuestión «política y estratégica», que no depende de los astronautas.